Trabas sin sentido

Juan José Garrido,La opinión del directordirector@peru21.com

Este no es un hecho menor; si algo debiera poder hacer –relativamente bien– el estado es promover sus ingresos (léase, los impuestos). Si la economía no produce más, pues son menos recursos para las arcas fiscales. El estado es, en este sentido, su peor enemigo.

Pero el resultado de la ineptitud estatal, ya sabemos, la terminan sufriendo todos los peruanos: los empresarios grandes que no pueden invertir en compra de maquinaria y aumentar la demanda laboral, los medianos y pequeños empresarios que atienden a los grandes proyectos y al consumo local, así como las microempresas y los independientes que viven del flujo económico nacional.

Como verán, es un sinsentido. ¿Cuánto nos cuesta esta "permisología" en términos reales? Difícil estimar, pero al menos serán ente 1% y 2% más de crecimiento anual. Puede sonar poca cosa, y sin embargo son cifras monumentales cuando hacemos los cálculos de largo plazo. Por cierto, sólo ese adicional es mayor a lo que crecen las economías de muchos países desarrollados hoy.

Para un país cuya población está necesitada de mayores tasas de crecimiento (unos para salir de la pobreza, y otros para mejorar la calidad de vida), esta es una causa que debiera ser prioridad en el debate nacional. Las reformas, por cierto, no generarían mayores costes; muy por el contrario: reducir dichos trámites implicaría necesariamente reducir papeles, automatizar tareas y gestiones, resguardaría mejor la información, entre muchos otros beneficios.

¿Por qué, si es tan sencillo, no se realizan las reformas? Consultados los expertos y hacedores de las políticas públicas, la gran mayoría concuerda que es producto de dos cosas: miedo a tomar decisiones (lo que en el Estado implica juicios masivos inacabables) y falta de liderazgo. Lo segundo es reversible: veamos, sino, lo que está haciendo el MEF respecto a la cartera de inversiones.

Como siempre hemos sostenido, el mejor momento para hacer reformas es hoy.