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Torre de babel
“La defensa de Humala presiona en cuanto medio de comunicación hay para conseguir su libertad y la de su cónyuge”.
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Una leyenda del Génesis dice que, en su soberbia, el hombre quiso construir la Torre de Babel para llegar al cielo. Dios, fastidiado por ello, envió un castigo divino: la confusión de lenguas. Quien pedía un clavo obtenía un martillo, y el intento fracasó. Ha pasado un larguísimo tiempo y en el Perú actual vivimos una real, ya no mítica, Babel.
El humalismo, frenético detractor de Alan García y Keiko Fujimori, reclama hoy justicia para su líder Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia. Ellos llevan ocho meses de prisión preventiva acusados del delito de lavado de activos. Las declaraciones de Jorge Barata son claras y muy descriptivas: Odebrecht les entregó a Humala y Heredia tres millones de dólares para la campaña electoral de 2011 en la que el nacionalismo ganó la presidencia.
La discusión sobre la prisión preventiva es pertinente, se está abusando de esta. En el caso de la ex pareja presidencial, la fundamentación judicial, entre otras, fue el peligro de fuga y que en libertad tendrían la facilidad de alterar el curso de la investigación.
La discusión sobre la prisión preventiva es pertinente, se está abusando de esta. En el caso de la ex pareja presidencial, la fundamentación judicial, entre otras, fue el peligro de fuga y que en libertad tendrían la facilidad de alterar el curso de la investigación.
En una carta reciente, el ex presidente afirma que “en un Estado de derecho, todos debiéramos enfrentar nuestros procesos en libertad, como ocurre hoy con Alan García, Keiko Fujimori, Pedro Pablo Kuczynski y otros. Es cierto que hay personas detenidas por la investigación Lava Jato, pero en todos esos casos existe probadamente una ruta del dinero, cuentas, ‘offshores’, propiedades, documentos y demás”.
Gran equivocación. La ruta del dinero de los Humala es clarísima, tal vez por eso fueron a prisión. Su caso no es siquiera parecido al de PPK, quien –entre los mencionados– reúne más evidencias en su contra. Con cierta desfachatez, el ex mandatario afirma que ellos “hicieron una política diferente… con honestidad”.
Se queja también de que el fiscal invoque al Tribunal Constitucional a que mantenga la prisión preventiva. La defensa de Humala presiona en cuanto medio de comunicación hay para conseguir su libertad y la de su cónyuge. La Fiscalía no ha hecho una campaña, los defensores del ex mandatario sí. Y la hacen a un TC que tiene como uno de sus miembros al probable “ojitos” de las agendas de Nadine Heredia y que mintió sobre un doctorado en su hoja de vida.
A la congresista Yesenia Ponce, que falseó certificados escolares, ya la han crucificado varias veces. Este magistrado del TC no solo sigue en su puesto, sino que, además, dejó su voto (con seguridad a favor del hábeas corpus de los Humala) porque se fue de viaje. No debería votar por su cercanía con los implicados, pero la honestidad anda de capa caída. Más de un agudo letrado nos ha preguntado con qué solventa la ex pareja presidencial tantos abogados, los gastos familiares, etc. Pero ese es otro cantar.
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