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Redacción PERÚ21

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Carlos Basombrío,Opina.21La última semana ha estado de nuevo por el Perú Alejandro Toledo, presentando un libro y de anfitrión de un seminario internacional. Ha hecho noticia, también, por ser el principal aliado de la alcaldesa de Lima en su empeño por la reelección. Menos visible, pero Toledo es también una pieza importante en el Congreso para garantizarle votos al gobierno en proyectos claves, así como para contribuir al control oficialista de la mesa directiva

¿Ecoteva quedó atrás? ¿Toledo ha vuelto a ser un político vigente y Perú Posible un partido con futuro?

Creo que no. El caso Ecoteva es tremendamente serio y son abrumadores los indicios de su responsabilidad. Por las razones mencionadas, la mayoría en el Congreso arrastra los pies con su investigación y, de su lado, el Ministerio Público viene siendo tremendamente condescendiente, con lo que quizás las acusaciones formales tengan dificultades, pero creo que políticamente está herido de muerte.

Es que, a diferencia de otros políticos, sobre los que también pende una imagen de corrupción, la gente no ve en él las cualidades (supuestamente) compensatorias que les permiten tolerar a otros en su misma condición. En otras palabras, un Toledo manchado por la corrupción es uno más de los que comparte los vicios de la política tradicional y no precisamente el más hábil. Creo que sus posibilidades de ser presidente son inexistentes e incluso muy bajas las de tener alguna performance razonable para el Congreso. Toledo es hoy por hoy, en todas las encuestas, el político con más rechazo de la ciudadanía.

Se hace difícil, en ese contexto, entender el razonamiento de Susana Villarán de ir con Toledo en las municipales, ya que no le aporta nada frente a su imagen de ineficiencia (su mayor defecto) y la complica en el tema de honestidad (su principal capital político).