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Redacción PERÚ21

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Jaime Bayly,Un hombre en la lunahttps://goo.gl/jeHNR

Qué grande este Alexis de Entre Ríos: casado con Karen, un pibito de veintitantos años, embarazado de ocho meses, sobándose la pancita, re tranquilo en el living de Susana, que no lo podía creer y lo miraba con curiosidad de científica incomprendida. Y Alexis es hombre, varón, macho, como yo soy argentina y Cristina es viuda. Es hombre y así está inscrito en su DNI y en su pasaporte y en todos sus documentos de identidad. Y su esposa Karen es mujer y así consta también en todos sus papeles refrendados por escribana. Alexis y Karen están casados en el registro civil de Entre Ríos y son una pareja bárbara (él más bien flaquito, esmirriado, tímido; ella más pancha, más canchera, cero dietas, a full con las calorías, sin privarse de nada, como yo: ¿quién se va a comer las masitas y las medialunas si no somos Karen y yo?) y son unos divinos los dos y se re nota que se quieren, sobre todo cuando Alexis dice que lo de ellos podría definirse como un enamoramiento de las almas y no de los cuerpos, me mató cuando dijo eso, pensé que es el mismo tipo de amor que siento desde chica por Raphael y Camilo Sesto, por Juan Gabriel y por Sandro que en paz descanse, y por eso la amé a Susana cuando se atrevió a preguntarle a Alexis lo que todas las señoras que estábamos viendo el programa nos preguntábamos en un pico de ansiedad: ¿y cómo hiciste, Alexis, siendo hombre, para quedar embarazado? Qué grande, qué ídola, una diosa, yo toda la vida he querido ser Susana pero no tengo su talento y me conformo con tener su apetito. Alexis lo contó con gran aplomo viril: es hombre pero tiene vagina, tiene clítoris, tiene útero. Es hombre y así consta en actas refrendadas por escribana, pero si le auscultas sus partes no vas a encontrar una poronga como no vas a encontrar un político peronista que no sea ladrón. No, Alexis no tiene poronga, Alexis tiene una pochola re bien disimulada porque cuando nació era mujer y en el camino quiso ser hombre y se convirtió en hombre para todo efecto práctico salvo (y, bueno, es un detalle menor, una pavada) en sus genitales, donde sigue siendo una mina. Y qué, digo yo, y qué: una no es sus genitales, una es su cabeza y su corazón, y Alexis dice que es hombre y yo le creo. Y es el primer hombre embarazado de la historia y es argentino y está en lo de Susana con ocho meses de embarazo y ni se le nota la panza, yo no pude nunca quedar embarazada y sin embargo tengo una panza en la que me entrarían cómodos y sin hacinarse trillizos mínimo. ¿Cómo quedó embarazado Alexis? Y, bueno, obvio, si es un buen chico y ama a Karen: haciendo el amor con ella. Karen, la esposa, re moderna, quería tener un hijo, pero le daba fiaca llevarlo en el vientre y prefirió que su esposo quedara embarazado. Qué grande, qué genia, una ídola, argentina tenía que ser. Karen y Alexis cogieron con la furia ciega que solo tienen los pibes para garchar, una furia con la que me imagino que Susana garchaba con Carlitos Monzón cuando yo era chica y me tocaba la cotorra pensando en cogerme a Raphael y Camilo Sesto, y Karen lo dejó embarazado a Alexis. ¿Cómo? En forma natural, no hubo inseminación, no hubo una mano extraña metiéndose en la cachufleta del chabón Alexis y depositando la semilla de la vida. Esa semilla, esa semillita, se la sembró Karen, fruto del amor. Karen es mujer, vos la ves en el living de Susana y ni en pedo te imaginás que en sus pliegues más íntimos Karen tiene una sorpresa para vos, una sorpresa argentina, una sorpresa como la que se llevó el mundo cuando el Papa ganó el Vaticano. La sorpresa argentina de Karen es que tiene una poronga cruda del tamaño del Obelisco. Flor de poronga tiene Karen, una poronga argentina como la del Papa, solo que Karen la usa de vez en cuando para cogerse a su esposo. Es que Karen, y yo vine a enterarme de todo esto viendo lo de Susana con la misma cara de pasmo astral que Susana, cuando nació era varón y la poronguita que le fue dada la supo preservar más adelante cuando decidió, al amparo de las leyes peronistas de avanzada social, cambiar de identidad, de nombre, de apellido, de género, de todo, de todo menos de poronga. Y es lógico, digo yo: el chico quería ser mina y se volvió mina y es un minón, pero como le gustan las porongas y su novio Alexis no tenía una, por las dudas se quedó con la suya, no fuera que más adelante le hiciera falta para sacarla de un apuro. Alexis no tiene poronga porque que yo sepa no te pueden implantar una poronga como no te pueden implantar el amor que sentimos los argentinos por Evita: con eso se nace, nene. Y me parece que fue muy juiciosa esta Karen divina cuando dijo: quiero ser mujer, pero a mí nadie me corta la poronga como si fuera un chinchulín, esta poronga argentina la conservo para dársela a mi esposo en caso de extrema necesidad. Y ya casados y amándose con el candor de los amantes de la provincia, y re ilusionados con tener un hijo biológico, y sin complicarse la vida con eso de alquilar un vientre o hacerse una inseminación artificial, Alexis y Karen decidieron tener un hijo a la antigua, en honor al Papa argentino, como manda la Iglesia: sin forro, sin pastillas, machacándose en la cama sin piedad. Qué más da si el esposo se puso en cuatro y la esposa se sacó una flor de poronga al palo y le dijo te la tenés que comer doblada, nene, serás hombre en tu DNI pero esta poronga sin documentos te la voy a enterrar yo, tu esposa, tu Karen. Yo los re admiro, los re banco: nada de operarse en una clínica brasilera y cercenarse la poronga de la vergüenza y echarla al mar como si fuera Bin Laden, nada de ir a San Petersburgo a adoptar dos mellizos blanquísimos como la nieve de Villa La Angostura, nada de eso, Alexis se la comió doblada y quedó embarazado y no hizo ningún quilombo y pasó a la historia como el primer hombre (argentino) en quedar embarazado y llevar a buen término el embarazo y dar a luz a una nena saludable y rolliza llamada Génesis. Qué orto tienen estos pibitos de Entre Ríos: llamaron Génesis a la hija que parió el chabón por cesárea porque, siendo hombre, es obvio que tenía pánico al parto natural. Génesis, como en la Biblia, como la hija del Puma. Génesis, la concha de su hermana, qué par de profetas estos chicos que vienen a reescribir los Evangelios y demostrarnos que si un argentino puede ser Papa, otro argentino puede tener pochola y parir una nenita llamada Génesis. Porque Alexis y Karen, y esto me conmueve de veras, son re creyentes, creen en Dios, en la Iglesia, en el Papa, y quieren que la Iglesia los case y bautice a su hija. ¿No son lo más? Podrían haberse enojado con Dios por la repartición al parecer errónea de los genitales, digo yo, pero no se hacen un drama y todo les chupa un huevo y entienden que si Dios es argentino las cosas a veces pueden salir mal porque a lo mejor Dios estaba viendo un partido de fútbol cuando nacieron ellos y no puso mucha atención. Como argentina que soy, profundamente orgullosa de mi fe católica (una fe que se me había quedado dormida pero que despertó cuando eligieron Papa a Jorge Mario Bergoglio, hincha acérrimo de San Lorenzo, cuervo como Tinelli y como mi marido), le pido al Papa que case en el Vaticano, ante las cámaras de Telefé, a Alexis y Karen y que bautice a Génesis y que la madrina de la nena sea Susana y que luego el Papa no se corte y le de un piquito a Susana como se daban un piquito el Diego y Caniggia sin que por eso nadie pensara que fueran putos: ya lo de ser puto pasó, no tiene onda, ahora lo que se lleva es ser esposo y quedar embarazado. Una vez más, los argentinos hacemos historia, creamos tendencia.