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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Juan José Garrido,La opinión del directorHace dos días llegó una delicada denuncia a nuestra redacción. Según la misma, el gobierno habría iniciado una campaña de amedrentamiento contra el Fiscal de la Nación José Peláez. El gobierno, según contaron, habría iniciado un operativo en la DINI (apelado "VR2") dirigido a disuadir la postulación del Fiscal Peláez a la reelección.

El propósito sería doble: por un lado, sacar del camino a quien consideran un obstáculo para inhabilitar al ex presidente Alan García; por otro, asegurar la elección de Carlos Ramos Heredia (primo de la Primera Dama y Presidenta del Partido Nacionalista, Nadine Heredia) a la Fiscalía de la Nación.

De inicio, llamamos al Fiscal Peláez; negó, tajantemente, cualquier tipo de amedrentamiento y/o hostigamiento hacia él o sus allegados. Desvirtuaba, así, la primera parte de la denuncia.

Llamamos, a renglón seguido, al Dr. Ramos Heredia para confirmar si, efectivamente, era primo de la Sra. Heredia de Humala. Contestó, secamente, que no. Esto es, negó –en términos absolutos- cualquier parentesco con ella.

Pero, ya sabemos, el periodismo no se trata sólo de verificar, sino también de cruzar fuentes, y eso hicimos. Conversamos con familiares del clan Heredia y confirmaron el parentesco: el padre de la Primera Dama sería primo hermano de la madre del –ahora– candidato a la Fiscalía de la Nación. Serían, para ser exactos, primos segundos.

Volvimos a comunicarnos ayer con el Dr. Ramos Heredia, y volvió a negar cualquier nexo mitocondrial para, luego de insistir en lo ya probado, terminar aceptando a regañadientes "algún grado de familiaridad" entre los padres de ambos.

Vamos, que no es pecado ni delito ser primo de la primera dama. De hecho, un familiar ya preside un órgano muy importante en el gobierno. Lo que llama la atención, y de ahí nuestras dudas sobre la idoneidad del Dr. Ramos Heredia para el cargo de Fiscal de la Nación, es la incapacidad del mismo de aclarar a un medio periodístico algo tan sencillo. ¿Por qué negar sus lazos familiares? Deja muchas incógnitas (y un muy mal sabor) este comportamiento.