Martín Vizcarra rindió homenaje a la mujer tacneña.  (Foto: USI)
Martín Vizcarra rindió homenaje a la mujer tacneña.  (Foto: USI)

Tras la renuncia de PPK y los pedidos de vacancia impulsados por FP, al asumir Vizcarra se planteaba un escenario con mayor estabilidad hasta 2021. FP había salido “triunfante”, pero perdió congresistas, los ‘avengers’ partidarios de Kenji, además del desgaste político correspondiente como indican las encuestas.

En el mensaje de 28 de julio, Vizcarra tomó iniciativa y liderazgo, planteando un referéndum para la reforma judicial y política.

Tras un prolongado silencio y baja aceptación histórica, Keiko se manifestó, criticando reformas planteadas por el presidente, describiéndolas como populistas. Y aunque lo fueran, en algunos temas (la no reelección de congresistas no agrada al Congreso y podría no convenir al país) la confrontación no es la forma. Se han generado sensibilidades por las circunstancias que hemos vivido desde el inicio del gobierno de PPK, hoy con Vizcarra. Keiko debe entender que con la renuncia de PPK y teniendo mayoría congresal (tres presidentes del Congreso han sido de FP), la población percibe su responsabilidad sobre la situación del país. Estos tres años han sido convulsionados políticamente y ello impacta en el desarrollo, la estabilidad y la economía. Será difícil para FP deslindar de ello.

Se supo que Vizcarra y Keiko se reunieron dos veces y no tiene nada de malo, debería ser por el bien del país. Es natural que en democracia un jefe de gobierno se reúna con la jefa de la oposición. Quién pide la reunión, es secundario. Lo importante son los consensos.

Keiko parece dispuesta a recuperar el apoyo popular, pero la confrontación difícilmente dará resultados. Podría hundirla en mayor desaprobación. Hoy ya es posible distinguir al fujimorismo del keikismo, y este ha perdido apoyo del primero.