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Roberto Lerner: ¿Malas madres o suficientemente buenas?
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http://blogs.educared.org/espaciodecrianza/
"Siento que no merezco a mi hijo, que merece una mamá mejor, una que sea más paciente, que ni en sueños, ni por equivocación, diga algo feo a su niño, que no se desespere ni frustre, que no grite ni se moleste". No se imaginan, queridos lectores, la cantidad de consultas que recibo en el blog que coordino, que contienen afirmaciones como las que cito.
Porque en el Día de la Madre, cuando mensajes comerciales y todo tipo de agradecimientos individuales y colectivos, en artículos y tarjetas, nos hablan de la felicidad de las madres y el reconocimiento de sus hijos, quizá habría que recordar las expectativas con las que tienen que lidiar millones de mujeres son muy poco realistas e injustas.
Nadie tiene los padres que quisiera ni los hijos que quisiera, pero en la brecha entre el deseo y la realidad se construye el amor que nos une y que debe convivir con sentimientos no tan bonitos.
No es un asunto de merecimientos ni deudas, pero en medio de tantas recetas marketeras y sesudas recomendaciones de los especialistas, termina convirtiéndose en eso, en un desempeño siempre más acá de lo ideal.
Y que, cuando surgen los inevitables desencuentros, desencantos, obstáculos y malos ratos, muchas mujeres se sienten en falta, contrastando la supuesta eficacia, alegría y fluidez de las súper mamás con emociones feas que las convierten en "malas madres".
Cuando, además, ellas asumen la logística del hogar y trabajan para traer un ingreso adicional —muchas veces el principal— el mejor homenaje es dejarlas en paz en su día y ayudarlas los otro 364 en que son madres suficientemente buenas. Mejor que eso, ¡imposible!
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