Congreso (Foto: Andina)
Congreso (Foto: Andina)

Conseguir que el electorado se interese y participe de las campañas, informándose acerca de las propuestas de los candidatos y participando activamente del debate político, es una meta a largo plazo en el Perú.

Sin embargo, estas elecciones extraordinarias están permitiendo que demos algunos pequeños pasos que vale la pena destacar, aún cuando la respuesta que se busca no vaya a ser inmediata.

Por ejemplo, el que se esté hoy exigiendo a los partidos proponer una agenda que garantice un mínimo de cohesión de las futuras bancadas.

Es un buen primer ensayo hacia la eliminación del voto preferencial contra el que no me opongo, siempre que antes estén claros los puntos básicos de un programa que aglutine y dé forma a una organización política.

En lugar de extraviarnos en el enjambre de cientos de campañas atomizadas, podría resultar útil la exigencia de entregar una pauta básica de propuestas por tienda. Se facilita al ciudadano el conocimiento de las mismas a la vez que fortalecemos el sistema de partidos.

Temas como la regulación de la inmunidad parlamentaria, el financiamiento de partidos, los ajustes para elegir a los magistrados del TC destacaron durante el primer debate organizado por el JNE. Siempre estarán los pesimistas que creen que el Perú es un país negado para el ejercicio democrático, individualista y apolítico, pero quedamos algunos ilusos convencidos de que vale la pena dar el primer paso hacia la construcción de una sociedad más involucrada en la administración de su destino. De un electorado más responsable, con nuevas generaciones de peruanos que asuman el desafío de tomar el control de una vez por todas.

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