Como músico también has sido un mil oficios…(Ríe) Sí, los jueves era baterista de una banda de jazz, los viernes tocaba trova en Barranco, el sábado hacía de charanguista en el Brisas del Titicaca y un día a la semana era bajista en una banda latina. Pero, Gonzalo, lo que yo quería era tocar y, si me pagaban por ello, me sentía feliz. Para mí, los instrumentos son como los ingredientes para preparar un plato, necesito conocerlos, saber a qué saben para, luego, crear. Por ejemplo, no canto, no tengo voz, pero a través de una quena puedo hacerlo, contar cosas.