[Opinión] Richard Arce: “La conflictividad social no ha terminado”.
[Opinión] Richard Arce: “La conflictividad social no ha terminado”.

Los conflictos sociales que se viven desde diciembre tienen una característica que es importante resaltar, son la continuación de manifestaciones previas que se han venido gestando desde hace ya algunos años en muchas zonas rurales y que no han tenido la atención del Estado o las empresas con las que se relacionan.

Solo para empezar, el caso del corredor minero es emblemático, porque ha significado en los últimos siete años ser la zona de más alta conflictividad, que inclusive ha generado un alto costo de vidas humanas, bloqueos de carreteras, estados de emergencia y hasta paralizaciones de operaciones mineras. Paradójicamente están ubicadas en las regiones de mayor conflictividad y a la par son muy importantes, por las divisas que generan al país y aportan a esas regiones.

Solo para darse cuenta del impacto económico, Apurímac con Las Bambas pierde a diario 3.2 millones soles por concepto de canon y regalías. Por otro lado, Cusco con Antapaccay pierde 540 mil soles diarios.

Estas pérdidas ya se han venido dando desde el gobierno de PPK, pasando por cada uno de los mandatos de turno y llegando a una situación extrema con el gobierno de Pedro Castillo, que tuvo más de 200 días bloqueado el corredor minero. Ahora, en este paro, la situación ha sido extrema, se ha llegado hasta la suspensión de las operaciones de Las Bambas.

Otro caso representativo también es en la costa, tanto en Ica (en Barrio Chino) como en La Libertad, con las manifestaciones en Virú y Chao. Aquí el problema subyace con las diferencias que se tiene con las empresas agroexportadoras.

Lo mismo podemos decir en Puno, con los problemas en la cuenca de los ríos Coata y Ramis, justamente por contaminación que afecta seriamente la salud pública.

En consecuencia, si en el Ejecutivo y en el Congreso no se han dado cuenta que en las zonas de mayor conflictividad persisten problemas sociales no atendidos y postergados perversamente, no van a poder descomprimir las manifestaciones, que se pueden volver a activar en cualquier momento mientras persistan casos como los descritos. Avisados están.