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Ya no estamos tan solos, desafortunadamente...
“Ahora que algunas economías rozan el pleno empleo, y acecha la inflación, los banqueros centrales se dan cuenta de lo difícil que es desactivar la bestia”.
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Desde hace unos meses, he venido manteniendo la tesis de que la próxima recesión mundial y ‘bear market’ bursátil están a la vuelta de la esquina y que van a ser draconianos y largos. Lo he explicado desde diversos ángulos en bastantes columnas. Técnica heurística que me sugirió el ex director de este diario Juan José Garrido: si quieres que la idea incida, tienes que argumentar una y otra vez.
El titular y comentario mediáticos es que entramos en una racha de crecimiento mundial boyante después de varios años malos. Los pronunciamientos del FMI y la OECD han servido de sustento. No comparto el diagnóstico, creo que asistimos al fin –no al comienzo– de un ciclo expansivo; uno que ha sido largo, raquítico y, sobre todo, espurio; fundamentado casi exclusivamente en la aplicación sostenida y creciente de un estímulo monetario desproporcionado consistente en una intervención progresiva y brutal de los bancos centrales en los mercados de capitales. El gorila-veinte-toneladas en la sala es la farra monetaria de 20 billones de dólares (o 25% del PBI mundial) con su contrapartida de exceso de endeudamiento y sobrevaluación masiva de bonos, acciones, bienes raíces, obras de arte, etc.
Ahora que algunas economías rozan el pleno empleo, y acecha la inflación, los banqueros centrales se dan cuenta de lo difícil que es desactivar la bestia
(por la escalada rápida de las tasas de interés) y paradójicamente pueden acabar siguiéndola alimentando, ¿hasta cuándo? ¿Y luego qué? Mi opinión es que el experimento monetario de la última década ha tenido réditos limitados obtenidos a costos exorbitantes y duraderos. La historia juzgará.
Mi opinión sobre la recesión y el ‘bear market’ ha sido hasta ahora minoritaria. Pero empezamos a tener algo de compañía.
(por la escalada rápida de las tasas de interés) y paradójicamente pueden acabar siguiéndola alimentando, ¿hasta cuándo? ¿Y luego qué? Mi opinión es que el experimento monetario de la última década ha tenido réditos limitados obtenidos a costos exorbitantes y duraderos. La historia juzgará.
Mi opinión sobre la recesión y el ‘bear market’ ha sido hasta ahora minoritaria. Pero empezamos a tener algo de compañía.
A saber:
1. El miércoles pasado, Stephen King en el Financial Times publicaba la columna: “Por qué la economía global está a punto de recesión” (“Why the global economy is due for a downswing”).
2. El jueves, David Ader en Bloomberg escribía: “Se avecina la recesión en los Estados Unidos”. (“US recesion looms, yield curve inversion or not”).
3. Hace dos semanas, Ray Dalio, fundador del hedge fund Bridgewater (que administra 160 mil millones de dólares, algo así como el 75% del PBI del Perú), decía, en una conferencia en Harvard, que “la probabilidad de una recesión (en EE.UU.) antes de 2020 es alta, 70% o algo así”.
1. El miércoles pasado, Stephen King en el Financial Times publicaba la columna: “Por qué la economía global está a punto de recesión” (“Why the global economy is due for a downswing”).
2. El jueves, David Ader en Bloomberg escribía: “Se avecina la recesión en los Estados Unidos”. (“US recesion looms, yield curve inversion or not”).
3. Hace dos semanas, Ray Dalio, fundador del hedge fund Bridgewater (que administra 160 mil millones de dólares, algo así como el 75% del PBI del Perú), decía, en una conferencia en Harvard, que “la probabilidad de una recesión (en EE.UU.) antes de 2020 es alta, 70% o algo así”.
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