EEUU registró una baja en solicitudes semanales de subsidio por desempleo. (Bloomberg)
EEUU registró una baja en solicitudes semanales de subsidio por desempleo. (Bloomberg)

La tasa de desempleo de EE.UU. ha sido 3.7% en los dos últimos meses; hay que retroceder 50 años, hasta 1969, para encontrar registros menores. La economía está, por tanto, en pleno empleo. No es de extrañar, por ello, que sea precisamente este indicador el que pregonen, a bombo y platillo, el Gobierno de EE.UU. y algunos titulares de prensa para sustentar la supuesta bonanza económica. Aquí va mi punto de vista “contrario”: el pleno empleo se logra cuando la recuperación ha madurado a su fase final; es tan premonitorio de la recesión como el punto de mayor oscuridad de la noche lo es del inicio del amanecer.

La tasa de desempleo tiene una evolución predecible durante el ciclo: va disminuyendo a medida que avanza la recuperación y en aumento en lo que dura la recesión; podríamos decir que presenta un aspecto de dientes de sierra. El ritmo al que cae el desempleo depende de la fortaleza de la recuperación y la cota mínima hasta la que llega es, además, función de su duración. La actual ha sido débil, pero muy larga. Si medimos el incremento porcentual acumulado del PBI desde el punto más bajo de la recesión (junio de 2009) y lo comparamos año a año con las cuatro anteriores apenas alcanza a la mitad de la tasa promedio lograda en aquellas durante los primeros años de la recuperación. En el ciclo anterior, el desempleo llegó al 10% –su punto más alto– en octubre de 2009, cuatro meses después de que el PBI cayera a su punto más bajo; por esta razón se dice que el desempleo es un indicador rezagado con relación al ciclo.

En lo que va del año, la tasa ha exhibido seis registros mensuales por debajo de 4%. Me he tomado el tiempo de examinar los datos mensuales desde 1969, es decir medio siglo; en esos seiscientos meses solo hay veinticinco registros menores a 4%, todos ellos ubicados en las vísperas de las recesiones de 1970 y 2001 o en 2018.

Los pilares de la recuperación que ha vivido la economía mundial, desde mediados de 2009, han sido el populismo monetario y fiscal.

El exceso de endeudamiento y la sobrevaluación de activos que ha provocado este populismo auguran que la recesión que se avecina no será ni corta ni fácil. El proteccionismo comercial sin duda agrava las cosas.

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