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El Primer Ministro en su laberinto

Los últimos días diversos temas (la ‘bomba’ de Yehude Simon, la situación en Áncash, el pedido del Cardenal Juan Luis Cipriani de un referéndum sobre el aborto y la unión civil) han acaparado los titulares de los medios de comunicación.

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Enrique Castillo,Opina.21Por ello, ha pasado a un segundo plano la información que ha ido saliendo sobre la supuesta vinculación del actual Primer Ministro, René Cornejo, y la empresa Helios, durante toda su gestión ministerial.

La extraña situación de quien denunció ante el Congreso los supuestos nexos del actual Premier y de la empresa Helios –Franco Pacheco–, quien según Perú21 fue despedido del Ministerio de Vivienda en abril del 2012, hizo sus denuncias el 15/07/2012 y el 14/11/2012, fue curiosamente reincorporado al Ministerio de Vivienda el 21/12/2012, y que extrañamente se desistió de su denuncia el 5/06/2013; y las decenas de prolongadas visitas –en inusuales horarios– que el actual Primer Ministro ha reconocido que le hacían los miembros de la empresa Helios; ponen al actual presidente del Consejo de Ministros en una situación bastante incómoda.

Un Primer Ministro con una seria denuncia pública y bajo sospecha –y que en cuanto contacto con la prensa será interrogado sobre cada nueva revelación que su caso genere– para un Gabinete que inició su tarea debilitado y puesto contra las cuerdas, no es lo más adecuado políticamente.

Su autoridad real, política y moral se ve seriamente menoscabada. Si las investigaciones periodística y parlamentarias muestran otros indicios comprometedores, la situación del Premier puede llegar a ser insostenible e indefendible.

El Presidente debe poner especial atención a este tema y tener un Plan B sobre su mesa, porque pasarlo por alto o asumir una defensa cerrada que pueda quedar sin sustento frente a una cruda y dura realidad que puede abrirse paso con las investigaciones, va a perjudicar, una vez más, al Gobierno.

Y la aprobación del Jefe de Estado ya no está para correr riesgos.