Presencias que dañan más que ataques

Los ataques de ida y vuelta entre el Poder Judicial y el Congreso por la Junta Nacional de Justicia han mellado en la institucionalidad de ambos poderes y del organismo autónomo. Si bien los motivos por los que puede haber iniciado el conflicto —la edad de Tello— son políticos, no resta importancia a que es un dilema que debe ser resuelto.

No obstante, tanto la mayoría de los congresistas como los miembros de la JNJ emprendieron una campaña de desprestigio mutuo que terminó por dañar la imagen del Congreso y consolidar la imagen de una mayoría abusiva.

El Parlamento es un actor político, pero la JNJ no lo es. Sin embargo, tras las constantes declaraciones de Vásquez y Tello atacando al Congreso, este organismo se ha convertido en un actor político, a pesar de que debería caracterizarse por absoluta imparcialidad. Esto genera dudas sobre todas sus acciones, como la de agendar la ratificación del jefe de la ONPE precisamente días después de que polémicamente el Poder Judicial repuso a ambos magistrados, quienes inclinarían la balanza a favor de Corvetto.

Al igual que la JNJ, el JNE se ha convertido en un actor político gracias a las constantes declaraciones de su presidente. Además, la cuenta oficial de X de esta institución deja entrever una clara posición política, rebotando entrevistas de medios afines y con posturas afines a las de su presidente y de críticas directas al Congreso. ¿Acaso esto no afecta la percepción de imparcialidad que puedan tener los actores políticos?

Si bien las declaraciones de Salas Arenas, al igual que las de Tello y Vásquez, se dan como respuesta actos —justos o no— del Congreso, estas han dañado más a sus propias instituciones que los propios actos del Parlamento. Organismos que deben ser y parecer imparciales, son permanentemente puestos en tela de juicio gracias a sus titulares.

No busco justificar acciones abusivas del Parlamento. Sin embargo, hay veces en las que, por el bien de una institución, se debe dar un paso al costado. Precisamente eso es defender la institucionalidad.