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Policía tiene grave déficit de personal, patrulleros y armas
SE ENCIENDEN LAS ALARMAS. Informe de la Región Policial Lima demuestra las preocupantes condiciones en las que trabajan los custodios. El problema no es el dinero, sino la ineficiencia para realizar el gasto.
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A la Policía Nacional le falta todo: desde patrulleros, fusiles, pistolas, radios, los cartuchos de bombas lacrimógenas y hasta las balas necesarias para hacerle frente al crimen organizado.
Esta no es una información subjetiva. Se trata de los resultados de un informe realizado por la propia Región Policial Lima, que tiene a su cargo la vigilancia de las 10 provincias de la capital, las que cuentan con 159 comisarías.
Para empezar, existe un grave déficit de personal. Hay 22,877 agentes que se encargan de custodiar a 9'395,149 habitantes. Es decir, hay 1 efectivo por cada 409 personas, cuando lo mínimo indispensable, según la Organización de la Naciones Unidas, es de 1 por cada 250.
También necesitan más del doble de patrulleros de los que cuentan en la actualidad. Lo mismo ocurre con las radios portátiles: solo poseen poco más de 1,200 cuando lo que requieren es 2,765.
¿QUÉ SE NECESITA?Basado en su experiencia, el congresista Octavio Salazar Miranda –exdirector de la Policía, exjefe de la Región Policial Lima y exministro del Interior–, calcula que se requieren unos S/.3,400 millones para acabar con los problemas de la Policía. Este monto incluye las inversiones y el pago de sueldos.
Salazar sostiene que, para acabar con la carencia de agentes, se debe poner fin al sistema de trabajo popularmente conocido como 24 × 24.
También exigió al Gobierno que priorice el "frente interno", lo que pasa por mejorar las condiciones del personal. "Con esto estás coadyuvando a solucionar el 50% del problema de seguridad. El otro 50% pasa por el equipamiento", resaltó.
En cuanto a la prioridad en las inversiones, recalcó que debería ser la adquisición de una gran plataforma de comunicación que permita a la Policía detectar desde los vuelos que realiza el narcotráfico en la selva, hasta la ocurrencia de asaltos, robos o secuestros.
Este sistema alimentaría una gran base de datos centralizada –que sería alimentada por cada comisaría– con la que se podrían diseñar estrategias más eficaces para combatir el hampa.
Todo esto debe ir acompañado de un marco legal que le permita a los custodios actuar sin temor.
Lo importante para el parlamentario es darle mayor importancia al factor hombre. "No puede ser que un policía pase las mil y una para alimentar a su familia. Se debe garantizar su tranquilidad y las condiciones mínimas de trabajo, con armas, computadoras y tecnología", enfatizó.
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