Poder Judicial.
Poder Judicial.

Si hay un poder que quiere pasar desapercibido, ese es el judicial. Un poder que solo se manifiesta (o debe manifestarse) en la contundencia de sus decisiones y en la coherencia de sus razonamientos.

Sin embargo, el viene asumiendo por doquier un protagonismo que, al buen juez, molesta y perturba.

El Poder Judicial español no se libra de esta tendencia ni de las injustas acusaciones de law fare o utilización política de la justicia.

Los jueces españoles, para llegar a serlo, hemos de dedicar muchos años de estudio intenso. Años de dudas, sinsabores, soledad e incertidumbre, porque solo el 30% de los aspirantes alcanza la meta.

MIRA: El afán electoral de Sánchez en su lío con Milei

La cooperación española y europea, allá por el año 1995, contribuyeron con el Perú para introducir una cultura parecida a la que acabo de describir. Fruto de ello nació la Academia de la Magistratura (AMAG) cuyo proyecto europeo me tocó dirigir.

¿En qué quedó el sueño de crear una carrera judicial en Perú? Quizás aquel proyecto tan ilusionante fracasó porque, en el fondo, nunca se pensó que el modelo español tuviera sostenibilidad real.

Plantear que jueces españoles apliquen sus pautas para dar paso a una nueva generación de jueces peruanos es interesante, pero no sé si realista.

Porque, primero, hay que inculcar ese espíritu de sacrificio para alcanzar la función judicial, y luego ser consciente de que ya puede venir el presidente del gobierno o sus ministros a insultarlos, denigrarlos o cuestionarlos, que ellos pasarán, y los jueces, unos jueces preparados, bien formados y bien pagados, con una dignidad acorde a su estatus, seguirán en su función (que tanto trabajo les costó alcanzar) inamovible y, especialmente, independiente.


Perú21 ePaper, y pruébalo gratis.

VIDEO RECOMENDADO:

Francisco Belaunde: Declaran culpable a Donald Trump




TAGS RELACIONADOS