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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

El ciclo llega a su fin. Miro a mis alumnos y me pregunto si realmente les he enseñado algo. Detengo la clase. Les digo que saquen un papelito y escriban una pregunta que les gustaría hacerme. Algo que no haya podido enseñarles, algo que no esté en el sílabo. ¿Cualquier cosa, profe? Cualquier cosa.

Se ponen a escribir. ¿Listos? Listos. Lo primero que preguntan: Profe, ¿consume drogas cuando escribe? Ya la veía venir. Todos me quedan mirando como si yo fuera Johnny Depp en Miedo y asco en Las Vegas y estuviera a punto de repartir metanfetaminas y éter. Me cuesta romperles el corazón. Bueno, chicos, nunca lo hago cuando escribo. La hierba da sueño. Un par de chelas, una botella de vino, eso sí, lo suficiente para invocar esa maravillosa habilidad de confundir una cama con un rinoceronte, pero no tanto como para dejar que tu propio sueño te atraviese el cerebro con su cuerno.

Segunda pregunta: ¿Qué es la literatura? Ala, muy difícil. Profe, tiene que responder, exigen. Es lo que se inventa la gente que no aprendió a vivir en el mundo real. ¿Gana mucho escribiendo? JAJA. Lo poco que gané me lo gasté invitándoles chelas a los amigos que compraron mi libro. ¿Cuánto le toma escribir un cuento? A veces una noche, a veces un mes, hay cuentos que empecé cuando tenía 20 y los terminé cuando tenía 30. ¿Qué es lo que más le gusta de escribir?

Ese momento en que termino un cuento y siento que he creado una mano capaz de apretar un corazón. Última pregunta. ¿Necesita estar inspirado para escribir, profe? Lo necesitaba cuando tenía 17. Escribía cada vez que una chica me choteaba. Pero a ese ritmo escribía dos veces al año. Entonces comprendí que no podía depender de eso.

Tampoco se trata de escribir sin inspiración, pero mira, si te sientas todos los días a escribir, al cabo de un tiempo eres como uno de los perros de Pavlov y no puedes ver un teclado sin empezar a salivar. Todo lo que te pasa lo imaginas en palabras. Ahora puedo escribir sobre cualquier huevada y convertirla en algo memorable. ¿Cómo sobre qué, profe? Sobre ustedes por ejemplo.