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Petrocaos
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Con un gerente general investigado por corrupción a raíz de los cuestionadísimos contratos de biodiésel, y –como quien sigue el patrón político del oficialismo– un manejo poco transparente de la empresa, Petroperú parece encaminarse sin remedio al descalabro financiero. Ya dos agencias internacionales han rebajado la calificación de sus bonos, una de ellas (Standard & Poor) poniéndolos incluso en condición de “bonos basura”.
Y ahí no termina la cosa, pues todo puede seguir empeorando, según han advertido los expertos. Tenemos, por ejemplo, el persistente reclamo de los bonistas, por 3 mil millones de dólares, dinero con el que se financió parte de la modernización de la Refinería de Talara, un despropósito monumental que impulsó el gobierno de Ollanta Humala.
Una deuda que seguramente terminará siendo cubierta por el tesoro público, es decir, con el dinero de nuestros impuestos que debería ser destinado a la educación y la salud de las mayorías.
Señor Castillo, habla usted de errores y desaciertos y que está dispuesto a enmendarlos: la designación y, peor aún, la permanencia del señor Hugo Chávez al frente de la petrolera estatal es uno de sus más graves errores. Tenga usted una pizca de seriedad y demuestre su voluntad real de cambiar removiendo, de una buena vez, a este funcionario que le está haciendo tanto daño a Petroperú. Tanto así que hasta los propios trabajadores de la empresa piden ya su salida –su sindicato de trabajadores administrativos lo acaba de declarar persona no grata– y al día de hoy ninguna sociedad auditora seria acepta auditar la empresa estando él al mando.
Un desastre, pues, sin final a la vista ya que el susodicho funcionario cuenta con el apoyo del presidente de la República, quien, lejos de preocuparse por el futuro de la empresa estatal, se da el lujo de atizar enfrentamientos dentro del gabinete con tal de mantener a su protegido en el cargo. De otra manera no se puede explicar que el Ministerio de Energía y Minas desafíe abiertamente al ministro de Economía y Finanzas respaldando la indefendible gestión de Hugo Chávez, tal como informó Perú21.
Así, tanto blablablá sobre enmendar rumbos y corregir desaciertos se queda –como es habitual en Castillo– en mera peliculina, una suma de ofrecimientos y declaraciones huecas que, sin lugar a dudas, no le serán de ayuda cuando se presente en el Congreso la próxima semana.
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