[Opinión] Camila Bozzo: Mensajes perjudiciales. (Foto: GEC)
[Opinión] Camila Bozzo: Mensajes perjudiciales. (Foto: GEC)

Este gobierno está maniatado para materializar los cambios radicales que el presidente enarboló durante la campaña y que, de cuando en vez, proclama en sus deslenguadas alocuciones públicas: no puede modificar impuestos, crear empresas públicas, controlar precios, sustituir importaciones, ni expropiar la propiedad privada (esto incluye la estatización de Camisea). Para hacerlo tendrían que promover reformas constitucionales o, si son más ambiciosos, tendría que disolver el Congreso y aspirar a tener mayoría en el siguiente para así cambiar la Constitución. Sin embargo, dada la correlación de fuerzas en el Parlamento y considerando la reciente aprobación de la ley que regula la cuestión de confianza, ambas alternativas son ilusorias. El Congreso tiene, pues, la sartén por el mango.

Entonces, el problema no es que nos vayamos a “bolivianizar” y mucho menos “venezolizar”; el problema es, además de la erosión de la institucionalidad por la cooptación de espacios en el Estado, que la retórica errática y ambivalente del presidente petardee cualquier intento por generar confianza. Y me perdonarán el fatalismo, pero, al parecer, eso no cambiará en el futuro cercano porque el presidente parece no poder desprenderse de su aproximación dual, además de demagógica, a la política, diferente a la que su rol y su alta investidura exigen.

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En el caso de Camisea, no es viable una estatización porque se necesita una ley del Congreso, pero el mensaje del presidente por sí mismo es perjudicial. Se proyecta que la inversión privada va a caer entre 7% (Credicorp Capital) y 14% (Macroconsult) el próximo año, y con este tipo de mensajes discordantes entre el presidente y su gabinete difícilmente eso se revertirá. La inversión y el consumo privado son el motor de crecimiento, podrán ampliarse los programas sociales, podrá invertirse en infraestructura y, en general, podrá haber un aumento del gasto público (como lo ha anunciado Mirtha Vásquez), pero si la inversión privada no se recupera, tampoco lo hará el empleo ni la economía (más allá del rebote pospandemia).

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