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Pequeñas f(r)icciones: “¿Es tan difícil votar derecho?”
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El cielo es el límite, reza la conocida máxima que sirve de aliciente para superar a los demás, pero, sobre todo, a uno mismo. Tendríamos que poner la frase de cabeza, invertirla por completo para describir el error contumaz en que se ha convertido gran parte del Congreso. Siempre se puede caer más abajo, es la frase que podría describir con exactitud suiza el desempeño de la inmensa mayoría de nuestros padres y madres de la patria. ¿Se puede añorar la orfandad?
Y ya que estamos lanzando frases hechas, apelemos al “ver para creer”. Por ello, a continuación, compartimos el acta de la última sesión del Congreso. No, no se hagan ilusiones. Aquello de “última” es, a diferencia del discurso golpista de Castillo, solo un decir.
ACTA DE LA ÚLTIMA SESIÓN DEL PLENO DEL CONGRESO
En Lima, al decimosexto día del mes de diciembre de 2022, siendo las 10 de la mañana con 6 minutos, se pasó lista: 110 congresistas estaban presentes, casi todos despiertos. Asimismo, se deja constancia de la presencia de algunos congresistas de Perú Libre con carteles y banderas con diversas frases, entre ellas: ¡Liberen a Pedro! ¡Pedro no tiene responsabilidad! ¡Pedro es un irresponsable!
A las 10 de la mañana con trece minutos, el presidente del Congreso, José Williams, dio por iniciada la sesión. En seguida, dio pase al señor congresista Nano Guerra García, quien llevaba en una mano el proyecto de ley de adelanto de elecciones y en la otra una llamativa piña colada. Luego, tras dejar los lentes oscuros y sacudir de arena sus slaps, el congresista dio lectura del proyecto donde se indicaba que las elecciones serían en diciembre de 2023 y que Keiko empezaría a gobernar en abril de 2024.
En seguida, el congresista Valdemar Cerrón, de Perú Libre, hermano de su hermano, se levantó de su curul como un resorte y, visiblemente alterado, pidió la palabra. El presidente del Congreso, muy atento, le preguntó exactamente qué palabra era la que estaba solicitando. El congresista Cerrón le indicó que su deseo era intervenir en el debate. Superado el malentendido, Cerrón, moviendo los brazos, rechazó rotundamente que Keiko Fujimori empiece a gobernar en 2024. “Mejor que gobierne mi hermano”, sugirió.
El congresista Guerra García intervino y dijo: “Señor Cerrón, ha sido un error de redacción”. Aclaró entonces que cuando dijo: “Keiko empezaría a gobernar en abril del 2014", quiso decir: “el nuevo mandatario empezaría a gobernar en abril de 2024", pero también detalló que cuando dijo “señor Cerrón”, quiso decir “oye, tú”.
El señor presidente del Congreso indicó a los congresistas que podían intervenir respecto al proyecto de adelanto de elecciones.
En tales circunstancias, y de forma intempestiva, el congresista Pasión Dávila, del Bloque Magisterial, abandonó su curul, cruzó el hemiciclo y llegó hasta la ubicación de los no agrupados. Luego, se colocó detrás del congresista Juan Burgos y, ante la atenta mirada de todos los congresistas, de todos menos de Juan Burgos, le propinó un puñetazo, a Juan Burgos. Tras ello, el apasionado congresista salió corriendo con rumbo desconocido. En ese instante, el presidente del Congreso le preguntó a Burgos si quería enviar a Dávila a la Comisión de Ética. Burgos señaló que, para ser sinceros, prefería mandarlo mucho más lejos (este hecho ocurrió en la sesión anterior, pero consta aquí porque no hubo espacio en el acta anterior). ¿A esto se referirán los castillistas cuando hablan de un golpe congresal?
A su turno, el congresista Guillermo Bermejo explicó por qué era necesario e imperioso el recorte del mandato tanto del Ejecutivo como del Legislativo. Además, el congresista reiteró que se trata de una demanda que el pueblo viene pidiendo en las calles. En tal sentido, dijo que votaría en contra del adelanto de elecciones. Desconcertado, creyendo haber escuchado mal, el presidente del Congreso le pidió que aclare su posición. En ese momento, el congresista Bermejo dijo, casi gritó, que demandaba que junto a las elecciones se realice también una asamblea constituyente. Cualquier otra cosa dijo: “Es una pelotudez de la democracia”. El propio presidente del Congreso le pidió que retire esa mala palabra. El congresista Bermejo preguntó: “¿Cuál? ¿Pelotudez o democracia?”.
El presidente del Congreso pidió un vaso de agua y lo bebió de un solo sorbo. Luego, pidió a todos los congresistas que no se olviden de la oportunidad histórica que está en sus manos. “Por favor, qué les cuesta, no sean malos”, pidió Williams.
Tras el pase respectivo, el congresista Jorge Montoya, de Renovación Popular, criticó duramente a los congresistas de izquierda porque, después de haber pedido el adelanto de elecciones, ahora votan en contra porque quieren, sí o sí, una asamblea constituyente. “Por eso mi voto también será en contra”, sentenció. Fue entonces cuando el presidente del Congreso se agarró la cabeza con las dos manos, como si quisiera sacársela de un jalón. Luego se dirigió a todo el hemiciclo: “Señores congresistas, les repito, el país está convulsionando. No podemos ser ajenos”. El congresista Montoya explicó que si las elecciones son tan apresuradas no se podrá hacer ninguna reforma. Entonces el congresista Guido Bellido, de Perú Libre alzó su pulgar. “¡Qué mejor reforma que la asamblea constituyente!”, gritó fuera del micrófono. El congresista Montoya acusó el golpe, o sea, este, no el de Castillo, menos el de Pasión.
El congresista Montoya dijo que aquí los verdaderos enemigos de la democracia son los congresistas de izquierda porque azuzan a los enfrentamientos y luego se creen demócratas. Entonces fue cuando los llamó “ignorantes”. El congresista Bellido se levantó de su curul y le pidió al presidente del Congreso que le pida al congresista Montoya que retire la palabra “ignorantes”. El congresista Montoya le dijo al presidente del Congreso que no era un insulto sino de una descripción, pero que seguro no entendían porque eran unos ignorantes. Entonces el congresista Bellido, visiblemente molesto, le demandó, a voz en cuello, al presidente del Congreso que el congresista Montoya retire la palabra. Finalmente, la tranquilidad volvió al pleno. El que se retiró fue Bellido.
Poco tiempo después, el presidente del Congreso inició la votación del proyecto de adelanto de elecciones. Tras el conteo de los votos, el proyecto quedó desestimado, casi como el propio Congreso.
Siendo las 1 de la tarde con treinta minutos, y considerando lo rápido que se llena la cafetería a la hora del almuerzo, la Mesa Directiva y los congresistas se levantaron, y la sesión también.
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