Así pues, de la revisión de los discursos de cada cual, y de las acciones concretas en los ejemplos que vemos, en el Perú, la diferencia entre las posiciones de izquierda y derecha están en el grado en el cual el gobierno de turno tiene injerencia o participación en la actividad económica, no en la mayor capacidad de la primera para mejorar las condiciones de vida de la población. Por el contrario, un gobierno de izquierda, como el que tenemos, tiene un discurso y acciones que ahuyentan la inversión privada, generadora de empleo, crecimiento e impuestos que puedan a su vez utilizarse para realmente estar al servicio de la población.