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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

La forma en que los candidatos intentan atraer votos está ahora en la etapa 'combi': embistiendo a cualquiera que se les ponga por delante y subiendo a bordo a todo aquel que pueda representar algún tipo de beneficio, sin considerar si ese pasajero adicional termina siendo más bien una carga. Así, PPK ha dado la bienvenida a Acuña y Toledo, mientras que Keiko ha incorporado a Hernando de Soto y Elmer Cuba. Uno ha apostado por los políticos, la otra por los técnicos, cada cual tal vez buscando apuntalar el flanco en el que se consideraba más débil.

Por lo demás, el tenor que ha adquirido la campaña hace dudar de la necesidad de tener tanto tiempo entre la primera y segunda vuelta: cuando el viaje demora demasiado aumenta la tentación por pasar la luz roja y avanzar contra el tránsito. Este deterioro de la imagen de los candidatos no es cosa que deba tomarse a la ligera: uno de ellos será presidente del Perú y estará inevitablemente asociado a las sonrisas compartidas con fanáticos homofóbicos o a la disposición a dejarse bajar los pantalones.

Por otro lado, así como los cobradores convocan a los potenciales pasajeros anunciando los destinos en cada esquina ("¡Javier Prado-La Marina-Universitaria!"), los candidatos suman cada vez más promesas: "¡mejoras salariales-créditos para vivienda-ayuda para pymes-reducción de impuestos…!". Y la lista se extiende y es de temer que se seguirá extendiendo hasta que se corte legalmente la campaña.

En lugar de concentrarse en culminar adecuadamente sus pendientes y seguir conduciendo hasta el final, el gobierno actual ha decidido subirse a la combi, no como pasajero, sino como alguien que va de esquina en esquina intentando convencer a los ciudadanos para que tomen determinada ruta. Mientras intentan hacerlo, olvidan que durante el recorrido que ellos dirigieron hubo choques, desvíos, paradas en seco y hasta vueltas de campana.