Francisco Miró Quesada
Francisco Miró Quesada

Ayer partió Francisco Miró Quesada Cantuarias, fundador de El Dominical de El Comercio, director general de ese diario, guionista del “Supercholo”, profesor y filósofo de avanzada. Sus amigos le decían Paco. Tenía 100 años, varios de los cuales los dedicó a dialogar con los mejores filósofos contemporáneos, sobresaliendo en un país como el nuestro en el que el pragmatismo ha ganado demasiado poder. Por eso, no darle el espacio que merece sería ceder más todavía en un contexto en el que el debate público ha llegado a niveles rampantes. La coyuntura, tan repetitiva y predecible, puede esperar.

Nunca conocí a Miró Quesada Cantuarias personalmente, pero lo leí siempre porque lo veía como un idealista con los pies bien puestos sobre la tierra. No se dejó cercar por los privilegios que lo rodearon y usó las plataformas que tenía en la prensa como canales de enseñanza, resaltando siempre la dimensión pedagógica que la política y el periodismo deberían tener. No casualmente aceptó ser ministro de Educación de Belaunde, cargo en el que, paradójicamente, el Apra lo censuró, culpándolo de una supuesta filtración comunista en los textos escolares. Fue una acusación tan falsa como la ideología de género que medio siglo después se utiliza para debilitar las bases del progreso educativo. ¿En el Perú el tiempo es una repetición constante?

Estoy convencido de que nuestro país sería otro si tuviésemos más divulgadores públicos como Miró Quesada Cantuarias, con el tino para poner el dedo en la llaga y la capacidad de proponer una salida. Con el valor de decir algo tan simple pero tan poderoso como que “la democracia es la antítesis de la intolerancia (...), es la aceptación de la existencia de alguien diferente, es el respeto a la diversidad”.