La autoridad edil se mostró indignado tras levantamiento de orden de captura a Elmo Ramos. (Foto: José Caja)
La autoridad edil se mostró indignado tras levantamiento de orden de captura a Elmo Ramos. (Foto: José Caja)

George Forsyth ha sido uno de los grandes arqueros de Alianza Lima. Destacó por atajar penales. Hoy, como alcalde de La Victoria, está parando otros disparos. La prensa destaca su lucha contra la mafia de Gamarra, que lotiza calles y veredas para arrendarlas a los ambulantes. Lo de arrendar es un decir, porque las calles y veredas son para libre circulación. De modo tal que si el ambulante las ocupa comete delito de usurpación de la propiedad pública. El mafioso, por su parte, no puede arrendar lo que no es suyo. Lo que cobra es un cupo forzado, que es otro delito, el de extorsión.

Gamarra es un gran centro de ventas textiles, hay unos 25,000 establecimientos que venden millones. Trip Advisor lo coloca como uno de los lugares que tienes que conocer en Lima. 74% lo califica de muy bueno.

Los comentarios negativos más parecen consejos: anda con zapatillas, sin cartera ni joyas, dinero en efectivo distribuido en varios bolsillos, tanto mejor si vas en taxi.

El gancho es la ropa de marca, sin licencia por supuesto, igualita a la que se exporta, pero a la décima parte de su valor en tienda. La venta se realiza en la calle. Para competir, los almacenes tienen sus propios ambulantes, que actúan como jaladores. Con razón el metro cuadrado de vereda en Gamarra es el más caro en todo el Perú. Las ganancias lo justifican.

A cambio del cupo, la mafia asegura que nadie te va a molestar. Para eso financian las campañas electorales y tienen a sueldo a alcalde y policía.

Sueldo 15 veces lo que se gana en planilla, libre de impuestos. Está claro que Forsyth no aceptó. Pero si no aceptas la plata de la mafia, lo que viene es plomo. Pero claro, meter en cárcel a un mafioso extorsionador, además de peligroso, no es glamoroso.

De hecho, Ángel Llovera fue detenido el año pasado y salió libre. Esta semana se detuvo a Elmo Acosta y también está libre. En menos de 24 horas. Para esos casos no se dicta prisión preventiva de 36 meses, ni la mafia es considerada una organización criminal.

La corrupción del político es la cara más visible, pero no es la raíz del problema. La corrupción de a verdad, la que corrompe y mata, se nutre de la economía informal. Lo que pasa en Gamarra pasa en otras partes del país.

Alcaldes, que son una suerte de presidente en chiquito, quieren luchar contra la corrupción. Pero el coraje político y la ética no bastan. Se requiere fuerza policial, que jueces y fiscales apliquen el rigor que parecen reservar para otros casos y, claro, también nuestro apoyo.

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