/getHTML/media/1229342
Nicolás Yerovi: "Celebramos la sobrevivencia"
/getHTML/media/1229339
Fernán Altuve: "¿Presentar candidato de 87 años se puede considerar estabilidad?"
/getHTML/media/1229338
Orgullo de ser peruano: ¿Qué nos hace sentirlo?
/getHTML/media/1229336
Nancy Arellano sobre Elecciones en Venezuela: "Esta no es una elección tradicional"
/getHTML/media/1229265
Zelmira Aguilar: "Alejandro Villanueva creó el estilo de juego de Alianza y Selección"
/getHTML/media/1229195
Cherman: "Quien me quiebra el lado patriótico fue Juan Acevedo con Paco Yunque"
/getHTML/media/1229190
Marco Poma CEO de Tkambio: "Perú está atrasado en materia de 'open banking'"
/getHTML/media/1229009
Javier Arévalo, escritor: "Sin bibliotecas, el hábito de leer no nace en los niños"
/getHTML/media/1228674
Mujeres Aymaras sorprenden con su arte en Desfile de Modas
PUBLICIDAD

[Opinión] Sonia Chirinos: “Isabel II”

Imagen
La reina Isabel II.
Fecha Actualización
Se celebra el jubileo de platino de Isabel II.
Setenta años de reinado dan para mucho. Para hacer estadísticas hasta el infinito. Conoció a trece presidentes norteamericanos; se codeó con ocho papas. Y la lista de sus primeros ministros aparece perfectamente detallada en la extraordinaria serie The Crown. Me excusarán que la repita.
Ni su educación, ni su contexto histórico la prepararon para soportar los primeros divorcios (sin necesidad de cortar cabezas coronadas) en su familia. Ella, que se opuso al matrimonio de su hermana con un divorciado; ella, que se enamoró perdidamente del príncipe Felipe con apenas 16 años. Su matrimonio con este hombre, que aportó modernidad a la institución, duró más de 70 años. Tampoco estaba preparada para los escándalos sexuales provocados por cualquier miembro de la familia, en especial, sus hijos.
Isabel es fiel a sus principios. Y ha sabido adaptarse a sus circunstancias con la elegancia y sobriedad que el pueblo británico espera de ella. No lo ha defraudado.
La eterna pregunta acerca de cuándo abdicará se ha convertido en broma que quizás al príncipe no cause risa, pero él sabe que la esencia de la monarquía estriba en la sucesión, siendo la causa (normal) de la misma el fallecimiento del predecesor. De ahí aquellas frases: ¡El rey ha muerto! ¡Viva el rey! Es la razón de ser de la institución: que la gobernanza siga su curso dejando de lado los avatares personales.
Esa es su esencia. Y no, como han afirmado públicamente algunos políticos, que la monarquía se crea para delinquir. Diría que es al revés. Que lo que más preocupa al ciudadano es la corrupción de sus políticos; no perteneciendo a esta casta los monarcas. Por algo será que los primeros puestos en los índices de democracia lo ocupan países monárquicos.
VIDEO RECOMENDADO
TAGS RELACIONADOS