(Foto: Julian Wasser)
(Foto: Julian Wasser)

“Algo estaba sucediendo en esas oraciones, había información retenida, tenía que ver con un ritmo”. Así describió Joan Didion la escritura de Ernest Hemingway. Descubrió cómo funcionan sus oraciones, cómo logran transmitir los sentimientos que Hemingway quería; y lo hizo tipeándolas una y otra vez en su máquina de escribir.

Leer a Joan Didion es una experiencia muy especial, única incluso. A través de los libros puedes conocer a personas que nunca has visto, puede ser a los autores o incluso a sus personajes; así lo sentí con Joan Didion. Sentí que pude ver a través de sus ojos, compartir su dolor y entender su año de pensamiento mágico. Su fallecimiento el 23 de diciembre le ha dado un sabor (no un sinsabor) especial a estos días navideños. Es inevitable querer hablar de ella, celebrar su vida y su escritura.

MIRA: [Opinión] Sandra Belaunde: pintemos el mundo

“La vida cambia rápido. La vida cambia en un instante. Te sientas a cenar; y la vida que conoces se acaba. El tema de la autocompasión”. El duelo, tarde o temprano, nos acompaña a todos. Vivir la pérdida de una persona amada, sobre todo de una que muere antes de tiempo, y el duelo que viene con su ausencia es difícil de procesar y explicar. Mi sugerencia es vivirlo, sentirlo en vez de hacerlo a un lado, es la única forma de atravesarlo.

Joan Didion vivió la pérdida de su esposo John Dunne y de su hija Quintana Roo, transmitió su dolor y su sentir en El año del pensamiento mágico y Noches azules, respectivamente. El primero lo escribió en tres meses de dolor intenso, el segundo casi no lo pudo terminar por tanto dolor. Los escribió para saber qué sentía. En sus oraciones, que tienen también un ritmo especial, varios nos hemos acercado a su sentir y al nuestro, sentimientos que pueden ser tan personales como universales.

VIDEO RECOMENDADO

Las revelaciones del 2021