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[OPINIÓN] Richard Arce: “Preguntemos quién es el adefesio”
“Con semejante exabrupto, Becerra está desbocado y es insostenible en el cargo de ministro de Educación”.
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Un ministro de Estado, más aún en la cartera de Educación, no puede expresar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos –CIDH– es un adefesio. Es terrible proviniendo del rector de la política educativa del país.
Con semejante exabrupto, Óscar Becerra está desbocado y es insostenible en el cargo de ministro de Educación. Porque si es tan ligero para tener esas expresiones, demuestra ignorancia en los acuerdos internacionales sobre DD.HH. Primero deberían explicarle que el Estado peruano es parte de la Convención Americana sobre Derechos Humanos desde el 28 de julio de 1978 y además refrendó la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos el 21 de enero de 1981; primero en un gobierno militar –en un contexto de dictaduras en Latinoamérica– y después ya en democracia con Belaunde.
Durante años la competencia jurisdiccional de la CIDH ha permitido garantizar el respeto irrestricto a casos contenciosos del Perú, donde los tribunales judiciales se zurraron en administrar justicia, en casos execrables de violaciones a los derechos humanos, sobre todo en la época de violencia estructural que se vivió con la demencia terrorista.
Pero, seamos claros, esta es una de las tantas arremetidas que estamos sufriendo de sectores conservadores ligados a la extrema derecha e izquierda, además con un evidente sesgo religioso y fascista, que quieren imponer agendas que atentan el interés de las mayorías.
Quieren implementar la pena de muerte como solución a su incapacidad de abordar la inseguridad ciudadana, no están contentos con la estigmatización de los limpiaparabrisas o cuidadores de carros, que al final los arrojan indirectamente a los brazos de la delincuencia, porque tienen pocas oportunidades laborales.
Todo es demagogia, no aprendieron nada del gobierno de Castillo y su populismo irresponsable, que después tuvo consecuencias con una conflictividad social que desencadenó en violencia extrema.
Es importante recordar que la protección y promoción de los derechos humanos es un compromiso constante y en evolución, y los fallos de la Corte son una herramienta importante para garantizar la rendición de cuentas y la justicia en casos de violaciones a los derechos humanos.
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