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Richard Arce: “La calle se calienta”
“La ciudadanía estaría adormecida fruto de la crisis económica que afrontan varias regiones y la necesidad imperiosa por el trabajo que permite priorizar la generación de ingresos para sostener a sus familias”.
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Camino mucho por el país y aprovecho para preguntar a las personas como inquietud y para evaluar cómo está el país; para ello entablo diálogo con ocasionales interlocutores sobre la situación que vive el país y su percepción. Las respuestas son por demás interesantes porque te permiten sacar conclusiones, para preguntas sin respuesta como por qué la gente no sale a la calle frente a tanto desmadre que comete este Congreso.
Viajo por muchas regiones del país, el trabajo que realizo me permite conocer estas realidades y debo confesar que uno nunca acaba de conocer la problemática de una región. Pero sí podemos hacer algunas aproximaciones con las inferencias que obtenemos de este diálogo sincero con gente de a pie y que se puede llegar a conclusiones interesantes, que nos ayuda en el análisis político y el conocimiento actualizado del contexto, que todo político mínimamente responsable debería estar informado.
Sobre la inquietud de por qué la gente no sale a las calles a manifestarse, resumo las respuestas en que la ciudadanía estaría adormecida fruto de la crisis económica que afrontan varias regiones y la necesidad imperiosa por el trabajo que permite priorizar la generación de ingresos para sostener a sus familias que la indignación que causa las atrocidades que comete este Congreso.
Otro factor determinante es que hay una especie de desgano, porque no hay liderazgos visibles con la capacidad de convocatoria que se requiere para movilizar amplios sectores. Ahí resalta el fracaso de la izquierda en el gobierno de Castillo e incluye a los partidos y colectivos de izquierda que se asociaron con el gobierno, pero solo para buscar cuotas de poder, al extremo de traicionar sus principios y exponer a la izquierda como parte del problema, al ser más de lo mismo de la política tradicional, igual o peor.
Otro aspecto que consideran que limita las movilizaciones es el miedo a exponerse a procesos judiciales y hasta la posibilidad de exponer la vida, como sucedió a inicios del año pasado, por la represión violenta de las fuerzas del orden, que tuvo la pérdida de 49 personas. A esto se suman los mensajes del gobierno, prácticamente amenazando con nuevos dispositivos legales que criminalizan la protesta.
Pero, como muchos manifiestan, que los políticos en el poder no abusen, porque cuando el pueblo se canse la manifestación será contundente y ahí será muy tarde y no tendrán otra alternativa que deponer sus cargos.
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