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[OPINIÓN] Richard Arce: “Buscando el Bukele peruano”
“Después del resultado electoral seguro que muchos políticos van a volver a la carga con el dichoso Plan Bukele, que supuestamente tiene fórmulas mágicas para enfrentar la inseguridad ciudadana”.
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Ahora que muchos celebran en el Perú el triunfo de Bukele en El Salvador —evidentemente por los resultados que ha tenido enfrentando a la criminalidad organizada y la muestra de presencia de autoridad y Estado para someter a bandas de delincuentes organizados—, es momento de analizar las acciones desde el Estado para enfrentar a la delincuencia.
Como ya tratamos en un artículo anterior, el gobierno de Bukele tiene sus bemoles, y hay que tener mucho cuidado de santificar sus ínfulas antidemocráticas y la imposición de un régimen autoritario que, además, ya conocemos cómo terminan estas aventuras políticas en Latinoamérica.
Después del resultado electoral seguro que muchos políticos van a volver a la carga con el dichoso Plan Bukele, que supuestamente tiene fórmulas mágicas para enfrentar la inseguridad ciudadana, y van a arremeter contra el sistema de justicia, las garantías que ofrece el Estado para el debido proceso y el amparo que se tiene de cortes internacionales de derechos humanos.
Zanjando que no tengo ninguna motivación para defender delincuentes, considero que debemos aplicar mano dura con los criminales, sin darles ninguna ventaja ni concesión cuando se trata de aplicar todo el peso de la ley en el marco jurídico de un Estado de derecho, que parte del respeto al debido proceso para que reciban la pena de cárcel más severa.
El tema es sensible y se presta al aprovechamiento político, por eso vemos en el Congreso iniciativas descabelladas y sobre todo efectistas para la tribuna, sin analizar su viabilidad técnica y hasta legal; por eso tenemos en el Congreso iniciativas legales que buscan jueces sin rostro, retomar las cárceles de El Frontón y el Sepa, que no tienen mayor sustento a la realidad carcelaria que vive el país, ni siquiera se dan el trabajo de evaluar los costos que significaría habilitar esas cárceles.
No existe ningún Plan Boluarte y tampoco alguna iniciativa seria para abordar una política pública que haga frente a la inseguridad ciudadana, uno de los problemas principales percibido como crítico y prioritario para la atención del Gobierno; y no se equivocan, porque los indicadores son muy preocupantes. Fíjense que se han tenido 4,000 casos de secuestros en 2023, es decir 11 secuestros por día, y así podemos seguir enumerando las cifras de espanto y terror que viven día a día pequeños empresarios y familias humildes, por eso buscan un Bukele en el Perú y eso también es otro peligro.
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