“El ‘cacareo’ o la comunicación son importantes, sirven para visibilizar problemas y soluciones, pero solo deben darse cuando haya realmente algo que anunciar”.
“El ‘cacareo’ o la comunicación son importantes, sirven para visibilizar problemas y soluciones, pero solo deben darse cuando haya realmente algo que anunciar”.

En referencia a la importancia de comunicar los logros, tanto a nivel de empresa como de gobierno, en tono de broma, un amigo decía que la razón por la que comíamos huevos de gallina y no de pato era que, una vez puestos, la gallina cacareaba.

Sin embargo, el caso que más vemos es el contrario: anuncios grandilocuentes de metas alcanzadas o actividades realizadas que, en realidad, no tienen mayor relevancia o impacto. Uno de los ejemplos a nivel de gobierno es el informe de avance de la ejecución presupuestal, que se refiere al gasto ejecutado financieramente pero que no tiene su correlato en la cifra que realmente nos debe interesar, esto es, el avance físico de las obras presupuestadas.

A nivel de empresas, tal vez la inexactitud más común esté en la ejecución de las obras de responsabilidad social. En este rubro suelen reportarse los montos gastados o las actividades realizadas, lo cual no significa que haya habido un impacto en las variables que se quieren cambiar. Así, por ejemplo, podemos tener una empresa preocupada por la reducción de los niveles de anemia en su área de influencia: gasta dinero en campañas o intervenciones, pero pocas veces elabora una línea de base que será comparada luego con la medición que se haga, y que debe hacerse, una vez ejecutado el proyecto (evaluación de impacto); lo mismo puede ocurrir con un programa de mejora en habilidades de comunicación o matemáticas: nos concentramos en las actividades, pero realmente no conocemos si han sido o no exitosas para alcanzar el objetivo propuesto.

Otro caso es el de las políticas que realmente no van a tener un impacto real en el indicador global. Se habla (y exige) mucho sobre las políticas que se deben ejecutar para combatir el cambio climático. Sin la participación de las economías más grandes, lo que haga un país pequeño como el Perú para reducir las emisiones de gas invernadero poco aportará al logro del objetivo global. Sin embargo, sí puede y debe haber intervenciones pensadas en el ámbito local, que en nuestro caso van desde el cuidado de la selva amazónica hasta la disposición de residuos sólidos o evitar la contaminación dentro del hogar por el uso de cocinas a leña o bosta (está probado que, sin cambio de combustible, las tan fomentadas cocinas mejoradas terminan contribuyendo solo marginalmente o durante un tiempo limitado a la eliminación de humo en el hogar).

El ‘cacareo’ o la comunicación son importantes, sirven para visibilizar problemas y soluciones, pero solo deben darse cuando haya realmente algo que anunciar y no como estrategia de publicidad.

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