Las lluvias no matan, sino los funcionarios ineptos y corruptos de nuestros gobiernos.
Las lluvias no matan, sino los funcionarios ineptos y corruptos de nuestros gobiernos.

Durante un mes entero no dormí. Dormía por minutos en helicópteros mientras nos trasladábamos a decenas de zonas por todo el país, que habían sido impactadas por el fenómeno de El Niño 2017. Como director general de Comunicaciones del en 30 días vi las escenas más horroríficas, sórdidas y desgarradoras. Estas experiencias me impactaron tanto en lo psicológico que decidí renunciar a mi cargo, terminadas las acciones y responsabilidades que me correspondían.

Fui testigo directo de la ineptitud, corrupción de municipalidades distritales y gobiernos regionales, quienes se aprovechan muchas veces de la desinformación de millones de peruanos, que desconocen que son ellos los directos responsables en ejecutar obras de prevención frente a fenómenos como estos. Lo peor es que son estos mismos GOREs los que incitan a los ciudadanos que gobiernan a reclamarle al gobierno central a solucionar aquello que ellos no hicieron.

Recuerdo haber aterrizado en un pueblo en la sierra de Áncash. Desde el helicóptero, se veía un pueblo entero bajo el lodo y alrededor de 150 personas en lo alto de una quebrada que nosotros sabíamos que se activaría. El lodo llegó hasta casi dos metros. Madres con niños en brazos y niños sin padres se negaban a dejar la quebrada. “Debajo del lodo están mis cositas”, decía una señora con un bebé en mano. Les dejamos mucha agua y comida, y no pudimos convencerlos. Después supimos que esa quebrada se activó y no quedó nadie.

Se anuncia la creación populista de un Ministerio de Infraestructura, pero lo que se necesita es implementar un real ordenamiento territorial (Minam lo viene luchando desde 2011), mientras en paralelo se logre generar un aparato que ejecute las obras de mitigación y prevención. Las lluvias no matan, sino los funcionarios ineptos y corruptos de nuestros gobiernos.