“Petro pretende subir impuestos a algunos trabajadores y a las empresas, gravar las transacciones de consumo y morder más fuerte a las actividades extractivas, las cuales –por cierto– requieren una cantidad ingente de inversión”.  (EFE/ Carlos Ortega).
“Petro pretende subir impuestos a algunos trabajadores y a las empresas, gravar las transacciones de consumo y morder más fuerte a las actividades extractivas, las cuales –por cierto– requieren una cantidad ingente de inversión”. (EFE/ Carlos Ortega).

Colombia es un país muy parecido al Perú en aspectos generales, ya que ambas naciones cuentan con un nivel de ingresos e inflación similares, tienen un nivel semejante de desigualdad (IHDI), aunque los colombianos gozan de mejores sistemas de salud y educación. Además, padecen el mismo cáncer: La corrupción.

El 19 de junio de este año, el pueblo colombiano celebró la segunda vuelta de sus elecciones presidenciales, en la cual se enfrentaron a una encrucijada: optar por el hambre, personificada en Gustavo Petro, o insistir en preservar el statu quo, representada por el muy controvertido y desatinado Rodolfo Hernández.

Al igual que nosotros, los colombianos eligieron el hambre. Fueron embaucados con el muy prostituido caballo de Troya de la ‘justicia social’, ideal que se pretende alcanzar mediante una agresiva redistribución de ingresos, sin detallar ni demostrar la efectividad de las políticas públicas a ejecutar.

Petro pretende subir impuestos a algunos trabajadores y a las empresas, gravar las transacciones de consumo y morder más fuerte a las actividades extractivas, las cuales –por cierto– requieren una cantidad ingente de inversión. El nuevo presidente colombiano se equivoca categóricamente.

Subir impuestos significa, literalmente, quitarles ingreso a todos los ciudadanos, para intentar utilizar esos recursos “más sabiamente” que quienes los generaron. Hacer eso a puertas de una de las peores crisis económicas registradas es una locura, porque los ingresos caerán.

Esto debe ser considerado como un segundo caso de estudio, sobre cómo una pésima oferta de los políticos tradicionales generará un vórtice de sucesos que terminará con la precarización de la vida de los ciudadanos. El primero es el peruano.


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