Hace ya algunos años que el proceso de admisión a las universidades particulares se ha adelantado y en mayo y junio se empiezan a ofrecer a los estudiantes de 5° de secundaria procesos de admisión diferenciados de acuerdo con su rendimiento académico.
Esto lleva a preguntarnos si a los 15 o 16 años estamos listos para decidir sobre nuestro futuro profesional, si estamos listos para decidir por una carrera. La respuesta es variada, pero la mayoría no lo está. Ahí es donde surge la presión de los familiares, las amistades y, otras veces, la de uno mismo para decidir rápidamente qué carrera debo estudiar. Muchas veces, esto genera estrés porque consideramos que determinará nuestra vida futura.
¿Cómo acompañar este proceso? ¿Cuál es mi rol como padre, madre o desde el colegio? Lo más importante en esta etapa es ayudar a descubrir los intereses de tus hijos o estudiantes, de todo tipo, académicos, deportivos, artísticos. Es cierto que la adolescencia es la etapa en la que menos quieren explorar o embarcarse en cosas nuevas, pero ahí es donde nuestro apoyo es importante, sin llegar a presionar, debemos acompañarlos a explorar nuevas posibilidades y luego, apoyarlos para llevarlos a la acción.
Lo segundo, es acompañarlos a explorar las múltiples posibilidades de carreras técnicas o universitarias que existen hoy en día. Esto lo podemos hacer en las diferentes páginas web de las propias universidades o en lugares dónde se consolida esta información. Algunas de ellas ofrecen testimonios de otros jóvenes o charlas de expertos, una de ellas es la web de Somoscometa.com.
También ayudarlos a explorar los testimonios de los egresados de las universidades, desde sus mismas plataformas, donde difunden de una manera amena y con un lenguaje cercano, el proceso que los alumnos siguieron para decidir por una carrera u otra. Esta exploración también puede pasar por identificar en libros o charlas que encontramos en TED, por ejemplo, que nos ayudan a identificar las principales áreas de desarrollo donde podrían crearse nuevas carreras como por ejemplo en tecnología o sostenibilidad.
Finalmente, recordar que independientemente de la carrera que uno elija para seguir estudios superiores, esto no determina su futuro, sabemos que más del 50% de los trabajos del futuro no han sido creados aún y que nuestros hijos e hijas van a tener que adaptarse a ellas, por lo que una manera de bajar el estrés y la ansiedad que puede generar esta etapa es ser conscientes que lo más importante es saber aprender a aprender y ser flexibles para poder responder a la incertidumbre que nos depara el futuro.