“La importancia del turismo de reuniones”

“Como país tenemos excelentes ventajas competitivas para captar megaeventos. Estamos ubicados estratégicamente al centro de Sudamérica. Nuestra capital tiene vista al mar”.
"Como país tenemos excelentes ventajas competitivas para captar megaeventos. Estamos ubicados estratégicamente al centro de Sudamérica".

Tras cuatro durísimos años, el sector está empezando a salir adelante. El interno ya supera los niveles prepandemia. El receptivo aún no, pero vamos acercándonos. Esto es muy positivo, pero aún nos falta recuperar un millón de empleos y más de US$1,100 millones en divisas. Lo que significa que no podemos darnos el lujo de desaprovechar oportunidades. Que es precisamente lo que puede suceder con dos megaeventos que estamos en riesgo de perder: las convenciones de la International Society of Travel Medicine y de la Sociedad Panamericana de Oftalmología, que se llevarían a cabo en 2027 y congregarían a 4,000 delegados internacionales. ¿El motivo? El Centro de Convenciones de Lima, que debería albergar ambos eventos, estaría ocupado como centro de operaciones para los Panamericanos. Nadie discute la importancia de los Juegos, pero ¿es necesario bloquear completamente el recinto durante siete meses? Invocamos a las autoridades a buscar una salida que no implique que por aprovechar una cosa desaprovechemos otra.

Mucha gente no lo sabe, pero el Turismo de Reuniones tiene un altísimo potencial económico. El turista que asiste a grandes eventos —corporativos, gubernamentales, deportivos o gremiales— gasta en promedio 50% más que el vacacionista. Adicionalmente, un tercio realizan pre y postours. Y 40% regresa al destino por turismo. Es un mercado sumamente lucrativo, donde nuestra participación como país es de apenas 11.4%. Con solo ganar dos puntos de participación, podríamos inyectar a la economía US$240 millones extra por año.

Como país tenemos excelentes ventajas competitivas para captar megaeventos. Estamos ubicados estratégicamente al centro de Sudamérica. Nuestra capital tiene vista al mar. La gastronomía peruana es un poderosísimo imán. Sin mencionar nuestros maravillosos atractivos turísticos. Lo que nos falta es gestionar adecuadamente la infraestructura. Por ejemplo, el Centro de Convenciones de Lima, con capacidad para 10 mil personas, va a cumplir una década y aún no se concesiona. El proceso ya debería encontrarse en la recta final, pero no podemos cantar victoria hasta que culmine. Afuera de Lima, el único otro gran recinto para eventos está en Arequipa: Cerro Juli, que depende del Ministerio de Agricultura. Resulta vital que se concesione, pues claramente el Midagri no es la entidad indicada para operarlo eficientemente.

La oportunidad de generar empleos y desarrollo la tenemos al alcance de la mano. No la desaprovechemos. ¡Hagamos del Perú el epicentro para los megaeventos regionales!

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