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[OPINIÓN] Iván Arenas: “¿El retorno de Velasco?”
“Mientras Antauro propone su “tercer proyecto nacional modernizador” avanza solo como abanderado de un radicalismo nacionalista sin aparente oposición”.
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Se dice que ronda una encuesta que coloca en excelentes expectativas presidenciales a Antauro Humala. No obstante si la encuesta es verdadera, todo indica que las condiciones objetivas y subjetivas en el país dan para la elección de alguien con “mano dura”.
Para nadie es un secreto que Antauro Humala se nutre de las ideas del presidente-dictador Juan Velasco Alvarado, líder de ese proyecto político y económico militar/nacionalista, que dicho sea difiere en esencia de la izquierda marxista. No es lo mismo el nacional/militarismo que el social/comunismo.
Mientras Antauro propone su “tercer proyecto nacional modernizador” avanza solo como abanderado de un radicalismo nacionalista sin aparente oposición. Antauro, repetimos, inspirado en Velasco Alvarado, ha construido un corpus ideológico algo extraño que es por demás antimarxista; junta en un todo al “mito de la cultura”, el indianismo (inspirado en la “ideología alemana”) el iluminismo/irracionalismo y pone en duda la continuidad de la nación política (idea jacobina) por la nación étnica (“nación cobriza”, le llama).
Pero el tema es que su discurso vende en parte del mundo popular y emergente (al fin y al cabo es lo que importa). Y vende porque el discurso nacional/militarista no se funda en constructos políticos de izquierda y derecha sino en conceptos prepolíticos (familia, orden, mercados, propiedad, tradiciones) que no son sino instituciones populares y conservadoras. Antauro es un conservador.
De tal manera que Humala no busca un gobierno marxista, sino nacionalista, militarista, revolucionario y conservador. Por eso su mayor adversario vendría desde la izquierda marxista, cuyo canon ideológico aborrece al nacionalismo. Se supone que el marxismo es racional y universalista, no iluminista ni particularista.
Antauro no le hace ascos al empresariado popular y emergente. Si antes Velasco hizo una reforma de la propiedad en el agro, que no quepa duda que Humala hará lo propio con las concesiones mineras. Una reforma de la propiedad en la minería (miren sino la primera demanda del gremio de mineros informales con respecto a las concesiones). Es decir, “las concesiones mineras son de quien las trabaja”.
El proyecto antaurista está plagado de imágenes, de simbología, herencia de Velasco. El asunto crucial es que en materia económica y social el proyecto antaurista es un viaje a ninguna parte. Pero el espíritu de los tiempos no da para razones sino para emociones. Antauro puede prender si logra derrotar a la izquierda marxista en los sectores populares y emergentes, si construye la alianza con los sectores informales e ilegales que es donde está la plata (Perú es un país y tres sistemas: formal, informal e ilegal) y acuerda con las élites regionales.
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