"Por eso martillamos día y noche que es necesario y urgente el desarrollo de nuevos proyectos mineros (los denominados brownfield) y la ampliación de otras operaciones porque la minería moderna es el salario del Perú". (Foto: GEC)
"Por eso martillamos día y noche que es necesario y urgente el desarrollo de nuevos proyectos mineros (los denominados brownfield) y la ampliación de otras operaciones porque la minería moderna es el salario del Perú". (Foto: GEC)

Si hay algo que aún no se cuenta bien es que la minería moderna (esa que tributa y cumple los estándares sociales, ambientales y laborales de clase mundial, amén del uso de tecnología e innovación permanente) ha generado una enorme clase media a su alrededor y ha permitido la emergencia de una red de empresarios locales (grandes, medianos y pequeños) que hoy constituye un verdadero capitalismo popular. Lo explico a continuación.

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Allí donde el Estado nunca existió, en las montañas por encima de los 3,000 metros como en la costa, la minería moderna ha generado una enorme clase media y una red empresarial de proveedores locales que constituyen la fuerza económica en las zonas aledañas, provincias y regiones. Allí donde el Estado apenas entregaba los documentos de identidad, la minería moderna convirtió a comuneros en empresarios.

Basta ver tres ejemplos para corroborar si todo lo anterior es verdad o solo es un “wishful thinking” del suscrito: solo en 2023 Las Bambas realizó compras por más de S/800 millones; durante 2022 a abril de 2023, Quellaveco compró por más de S/365 millones; solo en 2022 Antapaccay desembolsó más de S/220 millones; y en Puno, Minsur ha comprado por más de US$23 millones amén que en Áncash, Antamina compró por más de US$ 54 millones en 2021. Todo lo anterior han sido compras a ¡proveedores locales! Vale resaltar que aunque no haría falta, coloco semejantes números y ejemplos porque en la narrativa antiminera “nada se queda y todo se va” y es momento de puntualizarlo con cifras. Dato mata relato, y aquí no hay “economía de enclave”.

Todo este dineral ha sido inyectado de manera directa a las venas económicas en los distritos, provincias y regiones y ha generado una explosión de dinamismo y diversificación productiva sin precedentes.

Pero como decíamos el impacto no es solo económico, sino que ha cambiado la sociología local y regional. Hay una relación directa entre la reducción de pobreza en todos estas zonas mineras, las compras locales y la emergencia de esta nueva clase media.

Resalto también que todo esto no se ha explicado bien. No se ha desarrollado ni difundido una narrativa que desde la economía y la sociología explique el enorme salto de comuneros pobres a empresarios alrededor de la minería que, como les decía, son el soporte económico allí en las zonas mineras.

Por eso martillamos día y noche que es necesario y urgente el desarrollo de nuevos proyectos mineros (los denominados greenfield) y la ampliación de otras operaciones porque la minería moderna es el salario del Perú.

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Andy Carrión