[OPINIÓN] Hugo Palma: “Pedro y los lobos”
[OPINIÓN] Hugo Palma: “Pedro y los lobos”

Quizá el profesor enseñaba a sus aún desconocidos alumnos la importancia de la verdad con la fábula de Esopo. Pedrito era un muchachito tonto al que los campesinos confiaron sus ovejas. Se aburría y para distraerse gritó: “Socorro. Viene el lobo”. No había ninguno. Llegaron los campesinos, se molestaron y se fueron. Al día siguiente, igual. Al tercer día volvió a gritar, los campesinos siguieron trabajando y luego vieron que los lobos se habían comido ovejas. Sobre el final, una versión dice que Pedrito no mintió más y otra que lo molieron a palos.

En nuestra realidad, dice que nunca miente. El problema es que dice algo y sucede lo contrario. Ejemplo: “Lucha frontalmente contra la corrupción”. Si “la caridad empieza por casa”, ¿por qué desaparecen tantos familiares, ministros, funcionarios, paisanos y más? No lo dice. Algunos creen que es víctima; y lo es, pero de su propia gente que “traiciona su confianza” todos los días. Y encima, colaboran con los fiscales.

Por ello, su agenda diaria tiene tres componentes. Dejar a la FAP sin combustible para llevarlo a lugares donde dice a desempleados y curiosos que es víctima de una conspiración para que no sea jefe del “gobierno del pueblo”; y que pidan lo que quieran que les dará el doble. Recibir en Palacio para lo mismo a cuanto “colectivo” le sobre tiempo. Finalmente, reunirse de noche con personas, autoridades y congresistas a los que luego “la suerte les sonríe” y los fiscales persiguen.

MIRA: [Opinión] Hugo Palma: “¿Demasiado tarde?”

Como la conspiración avanza aceleradamente, grita “socorro” a la OEA. Los operadores se ponen las pilas y hasta redactaron el informe final. Por la emergencia, mandaron un “salvavidas provisional” que no es cámara parchada sino un donut o rosca endulzado con ansiolíticos. No se esperaba mucho de los socorristas, pero entre lo que dicen y no dicen, solo podrían hacerlo flotar horas o pocos días. No vieron la conspiración ni la corrupción y sus sugerencias servirían en un jardín de infancia.

Pedro se queda con su problema de lobos. No son iguales. Los hay fuertes y saben lo que deben hacer y lo hacen. Tienen nombres como Fiscalía, Contraloría, Tribunal Constitucional y Defensoría del Pueblo y prensa libre. No comen ovejas. Y hay otro grande y con poder determinante llamado Congreso. No funciona bien pues sus miembros rara vez coinciden en avanzar, retroceder o no moverse. Excepción: casi ninguno quiere irse. Como Pedro, no pocos viven en la ansiedad. Saben lo que les espera, aunque el pastor les facilitaba ovejas. Los campesinos, nosotros peruanos, estamos hartos del pastor y sus amigos lobos de ocasión.

¿Qué les queda? Si no sacan al pastor, este los sacará; y luego a los demás conspiradores de modo que, de cuidador pasará a dueño y, como tal, hará lo que quiera por el tiempo que quiera. Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia prueban que no hay marcha atrás. El país, su futuro y el de los congresistas en vilo dependen de lo que decidan el miércoles. Dios quiera que entiendan bien que si lo dejan al mando, no pueden esperar gratitud, ministerios, embajadas ni nada. Ya no son necesarios, pero no están obligados a subir a un avión que va a estrellarse; y más pronto que tarde.

VIDEO RECOMENDADO

Marisol Pérez Tello