"El narcisismo es una condición cultural". Foto: Andina.
"El narcisismo es una condición cultural". Foto: Andina.

El narcisismo no es solo un trastorno de personalidad o un conjunto de características que pueda tener un individuo; es también una condición cultural. En el plano individual son muchos los rasgos, signos o síntomas que puede mostrar un individuo narcisista, pero no voy a detallarlos aquí de manera completa; solo diré que, en general, la persona narcisista es una persona lastimada, alguien lastimado generalmente en su infancia que luego se torna en una persona adulta que tiene dificultad para conectar con sus sentimientos, carece de empatía (o tiene poca), y afecta a otros por su inmadurez emocional, su desconexión, y, paradójicamente, su falta de amor propio.

Hay ciertos factores de la personalidad humana que nos predisponen al narcisismo y, como dije, hay elementos de nuestra infancia y familia que definitivamente influyen mucho, pero existen fuerzas diversas en la cultura que también contribuyen seriamente al problema.

La cultura en la que vivimos, quizá en el mundo entero, es una que ha perdido humanidad. En mayor o menor medida se prioriza la imagen y la apariencia sobre el contenido y la esencia, lo exterior sobre lo interior, lo material sobre lo espiritual, el poder sobre la paz, la rentabilidad sobre el medio ambiente.

Quedarse en la descripción excesiva del desorden sería convertirse en parte del problema.

La idea es entender los factores internos que nos predisponen y los elementos culturales que influyen sobre nosotros para intentar no deshumanizarnos. Por más heridas que tenga el ser humano y las fuerzas narcisistas de la cultura, las personas pueden aprender la empatía, pueden reconciliar su historia personal, pueden cuestionar ciertos ‘valores’ o ‘definiciones de éxito’ que vienen desde el exterior para trabajar y crecer en aceptación, amor propio, y calidad en las relaciones con otros, con uno mismo, y con la naturaleza.