[Opinión] Gino Pomar: Una generación en el cielo

Cada vez que se acerca un 8 de diciembre, recordamos la triste noticia del accidente aéreo que se llevó al equipo de Alianza Lima, el que viajaba en aquel Fokker F 27 en 1987. Tragedia en que perdieron la vida 43 personas, entre ellas 16 jugadores victorianos; así como integrantes del comando técnico, auxiliares, árbitros, miembros de la barra y tripulantes. Estamos a pocas horas de que se cumplan 34 años de este lamentable hecho, pero que aún golpea como si hubiese ocurrido ayer.

Lo mencionado es lo pasado y no se podrá cambiar; así está escrito y es parte de la historia. Lo que sí se puede hacer es recordar con alegría a esta magnífica generación de futbolistas: las espectaculares voladas del portero José ‘Caico’ Gonzales Ganoza –tío de Paolo Guerrero–, que llegó a ser el mejor en su puesto nacido en esta tierra, jovial y querendón. Al recio zaguero Tomas ‘Pechito’ Farfán, con el que había que pensarlo dos veces antes de entrar al choque; el seguro Daniel Reyes; los jóvenes talentosos Braulio Tejada y Luis ‘Potrillo’ Escobar, quien ya se perfilaba como el goleador de las futuras selecciones. Y cómo no recordar a Carlos ‘Pacho’ Bustamante, gran talento en el mediocampo blanquiazul. También al pundonoroso amigo de las redes, el ‘Blanco’ Alfredo Tomassini, hijo de un extraordinario médico traumatólogo –al que, historia aparte, mi hijo Diego y yo tuvimos la suerte de conocer–; igual estaban los eficientes marcadores Cesar Sussoni y Gino Peña, además de Aldo Chamochumbi, entre otros talentos. Sin dejar de mencionar la calidad y personalidad del técnico Marcos Calderón, uno de los mejores entrenadores que tuvo el Perú.

Hoy que pasaron tantos años, es mejor revivir lo bueno que nos brindó cada uno de ellos. El Alianza de aquel año 87 se fue como líder del torneo, se despidió en Pucallpa venciendo al Deportivo Pucallpa por un gol a cero, para horas después, desde el mar de Ventanilla, en el Callao, partir al cielo.

Luego de tantos años, acaso quede un tema pendiente, aunque seguro ya sirva de poco consuelo: escuchar la versión del único sobreviviente, la del piloto Edilberto Villar; que, según investigaciones periodísticas –basadas en un Certificado de Movimiento Migratorio– señalaban que Villar posee nacionalidad australiana y que luego del accidente solo regresó al Perú en dos ocasiones, en los años 2009 y 2017. ¿Acaso costaba tanto decir poco?

Los fallecidos aquella noche del 8 de diciembre de 1987 viven en la gloria.

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