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[Opinión] Gabriel Ortiz de Zevallos: Hasta colisionar los mundos y más allá
Las sorprendentes reacciones en redes que buscaron minimizar el secuestro a periodistas argumentando diversidad cultural me hicieron recordar una entusiasta frase del tuit de Vladimir Cerrón antes de la presentación del gabinete Bellido: “Será la colisión de dos mundos, el criollo y el andino”. Bajo una mirada marxista, agudizar las contradicciones es inherente a las estrategias para acumular fuerzas y tomar el poder. No se busca reconocer las diferencias culturales para favorecer el entendimiento del otro sino la colisión.
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Las sorprendentes reacciones en redes que buscaron minimizar el secuestro a periodistas argumentando diversidad cultural me hicieron recordar una entusiasta frase del tuit de Vladimir Cerrón antes de la presentación del gabinete Bellido: “Será la colisión de dos mundos, el criollo y el andino”. Bajo una mirada marxista, agudizar las contradicciones es inherente a las estrategias para acumular fuerzas y tomar el poder. No se busca reconocer las diferencias culturales para favorecer el entendimiento del otro sino la colisión.
Si se recuerda la acción del Gobierno con los conflictos sociales en general, en la gran mayoría se ha cedido a posiciones de violencia y amedrentamiento, tolerando y hasta abiertamente fomentando (cocaleros y microbuseros) la ilegalidad y generando expectativas imposibles de cumplir, lo que hace que el conflicto se alargue.
La cantidad y gravedad de errores y contramarchas del Gobierno del presidente Castillo hace difícil afirmar que existe una estrategia consistente. De su lado, a lo más, habrá una superposición intermitente de tácticas de varios actores en simultáneo. Sí la puede haber, en cambio, de Cerrón y de Perú Libre. Fue Bellido, precisamente, el que descalificó las capacidades estratégicas del presidente cuando dejó de ser primer ministro en frase memorable. La pregunta más relevante, a mediano plazo, es qué estrategia tienen Cerrón, Perú Libre y otros que demuestran en los hechos estar apostando por aprovechar las brechas que hay en el país en vez de cerrarlas.
La separación entre Castillo y Cerrón es a medias y en evolución, según los riesgos que enfrente cada uno y los resultados de las elecciones de octubre. Hoy, parte del equipo que acompaña al premier es cercano a Bellido. El último conflicto concreto que han mostrado es sobre el fallido intento de cambiar de nombre al Ministerio de la Mujer. La bancada de Perú Libre dijo que “los derechos de la mujer se debe (sic) garantizar dentro de la familia como célula básica de la sociedad y del Estado (¿?)”. Waldemar Cerrón salpimentó “con el cuento de la mujer, se deja fuera al resto de la familia”. Ningún respeto por la evidencia de que las mujeres que enfrentan discriminación y violación de derechos lo sufren desde su entorno familiar. La izquierda capitalina ha respondido críticamente, más en este caso que en el caso del secuestro de periodistas. El pronunciamiento enfrenta a la ministra con una frase para la histeria: “No confunda a la población, la posibilidad de ingreso del Perú a la OCDE no tiene que ver con garantizar los derechos de mujeres y hombres por igual”. Remata con un: “¡Hasta más allá de la victoria!”.
Los errores de forma son anecdóticos. Lo relevante es que destila mucho más oportunismo que ideología: aprovechar creencias, brechas y diferencias culturales sin la menor intención de resolver o mejorar problemas reales, solo para acumular poder, basado en enfrentarnos.
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