[OPINIÓN] Gabriel Ortiz de Zeballos: “O creces o te empobreces”

“Si queremos reducir pobreza, tenemos que crecer económicamente mucho más y de manera sostenida, para lo cual hay que desarrollar capacidades para un mundo más tecnologizado”.
[OPINIÓN] Gabriel Ortiz de Zeballos: “O creces o te empobreces”. (Foto: GEC)

La encuesta nacional de hogares última revela que más de 9 millones de peruanos viven en pobreza monetaria, 1.6% más que en 2022. Es buen momento para recalcar cuál es el estado de discusión sobre la relación entre pobreza y crecimiento económico. Existe todavía en el Perú la idea de que el crecimiento no es esencial, y la evidencia demuestra lo contrario. Con apenas 20% de empleos formales, el crecimiento y la inversión deberían ser prioritarios por simple regla de tres.

MIRE: Patricia Benavides: “No seré yo quien entregue mi tesis para que hagan escarnio”

Lo bueno es que, hace un año, , economista del desarrollo que lidera la investigación sobre mejoras en sistemas educativos (RISE) de la universidad de Oxford, publicó una dedicada específicamente a analizar la relación entre crecimiento económico y distintas dimensiones del bienestar humano considerados en el índice de prosperidad , que cubre 167 países. Sus conclusiones no pueden ser más contundentes.

Cito, casi textualmente la manera como resume su investigación: “(en este paper), demostramos que cualquier indicador del bienestar material humano disponible para una gran cantidad de países, que se refiera a necesidades y no lujos; sea general; y tenga una sustentación razonable de los pesos que da a distintas variables, tendrá una relación estadística con el PBI per cápita del país, y que esa relación estadística cumplirá cuatro condiciones. En primer lugar, la relación será fuerte, con casi toda la variación entre países en indicadores básicos de desarrollo asociada a la variación en el PBI per cápita. En segundo lugar, la relación será no lineal, la mejora en el indicador de bienestar será mayor en tramos en que el PBI per cápita es más bajo y menor a medida que éste va creciendo. En tercer lugar, ningún país tiene altos niveles de PBI per cápita y bajos niveles de indicadores básicos de desarrollo (es condición suficiente). En cuarto lugar, ningún país tiene altos niveles de indicadores básicos de desarrollo con niveles muy bajos de PBI per cápita (es condición necesaria)”.

Prichett concluye con la misma claridad: “Este documento trata sobre hechos (…) y utiliza procedimientos estadísticos simples para establecer esos hechos. No afirmamos esta o aquella teoría. Sin embargo, los hechos son hechos y la existencia de una asociación fuertemente sólida entre la variable PBI per cápita y otras fundamentales del bienestar humano es un hecho que no solo debe ignorarse, sino que a menudo se ignora con afirmaciones completamente infundadas de que “el crecimiento no es suficiente”. Por supuesto, el crecimiento lento o el crecimiento en un corto período de tiempo trae solo beneficios limitados y puede no ser “suficiente” en relación con algún objetivo para el progreso”.

Aclara que “la investigación no pretende que el “ingreso” sea mejor que otras medidas de bienestar. Pero sí se demuestra que, independientemente de cómo se elijan los indicadores básicos y ponderaciones sobre indicadores de desarrollo humano, están correlacionados con el PBI per cápita de manera muy sólida y, por lo tanto, esa relación no puede ignorarse”.

La relevancia de esta investigación para el Perú hoy no es menor. Si queremos reducir pobreza, tenemos que crecer económicamente mucho más y de manera sostenida, para lo cual hay que desarrollar capacidades para un mundo más tecnologizado. A la par, tenemos que reformar el Estado para saber que lo que se gasta en políticas públicas para reducir pobreza efectivamente tiene resultados y no se queda en el camino.

En una columna anterior cité un estudio de Lorena Alcázar y Raúl Andrade sobre ausentismo médico y otras malas prácticas en hospitales públicos que va a cumplir bodas de plata sin que haya un sistema que permita saber dónde está el médico. ¿Cómo se puede brindar servicios de salud a la población que lo necesita con ese tipo de gestión?

Al Perú le falta la inteligencia práctica y atenta al detalle diario que las madres usualmente asumen en la crianza, pero que debiera ser un rol compartido. Ojalá aprendiéramos de su sensatez.

Tags Relacionados:

Más en Opinión

Rincón del vino: Ferreyros acholado

¿Por qué tengo Migraña si nadie en mi familia la tiene?

Consenso

El inconcebible caso de Alberto Fujimori y la democracia sin alternativas

Cuidemos nuestra casa

Maduro se pudre

Siguiente artículo