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[Opinión] Fernando Cillóniz: Otro súper ciclo económico desaprovechado
Celebrar como suyos los récords históricos de exportaciones y recaudación tributaria del año pasado –incluso, atribuirse méritos por el alza extraordinaria de precios de nuestros principales productos de exportación– así son el presidente Castillo y su pandilla.
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Celebrar como suyos los récords históricos de exportaciones y recaudación tributaria del año pasado –incluso, atribuirse méritos por el alza extraordinaria de precios de nuestros principales productos de exportación– así son el presidente Castillo y su pandilla.
Sin embargo, ni una mención acerca de cuánto más pudimos haber exportado y recaudado –y generado riqueza y bienestar– de haber evitado las consabidas paralizaciones y bloqueos de operaciones mineras, y brindado confianza para atraer más inversiones privadas.
En el fondo, nuestros gobernantes no tienen idea de la extraordinaria oportunidad de desarrollo que nos está brindando el súper ciclo actual de precios de materias primas, el cual –dicho sea de paso– podría terminar en cualquier momento.
Para el presidente Castillo es normal que el cobre haya estado sobre los US$4 / libra durante los meses recientes. ¡Si supiera que las empresas cupríferas operaron durante muchos años con precios inferiores a US$1 / libra! Y lo mismo ocurre con otros productos de exportación, cuyos precios están en niveles extraordinariamente altos: oro, plata, zinc, harina de pescado, café, algodón, azúcar, entre otros.
Sin embargo, –para ocultar su ineptitud– el Gobierno se queja del aumento de precios del petróleo, la urea y el trigo. Es decir, productos que importamos. Sin embargo, es mucho mayor el beneficio que obtenemos por el aumento de precios de nuestros productos de exportación, que el perjuicio que sufrimos por el encarecimiento de los productos que importamos ¿Sabrá eso Castillo y sus ministros? Mmmm… mejor no le pidamos peras al olmo.
A lo que quiero llegar, es que hemos desperdiciado –y seguimos desperdiciando– una extraordinaria oportunidad de crecimiento económico y progreso social para nuestro país. Efectivamente, es un crimen no haber propiciado un gran flujo de inversiones empresariales; el cual, a su vez, habría generado una gran demanda de empleo para millones de peruanos sin trabajo, todo lo cual se habría traducido en mucho progreso y bienestar para todos. Sobre todo, para los más pobres.
Pero no. Con el Estado lleno de plata, el desempleo está creciendo. Y con el desempleo, está creciendo la pobreza. Y con la pobreza, está creciendo la delincuencia. ¡Un fracaso estrepitoso!
Aparte de injusto e inmerecido, el empobrecimiento de nuestro país –en coyunturas como la actual– constituye la más clara demostración de que este Gobierno es lo peor de lo peor: corrupto, inepto, indolente, cínico… y todo lo demás.
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