“Nada es eterno, por lo que tarde o temprano se sustituirá a EE.UU. como potencia comercial y al dólar como pasó antes con Gran Bretaña, Francia, Holanda y España”.
“Nada es eterno, por lo que tarde o temprano se sustituirá a EE.UU. como potencia comercial y al dólar como pasó antes con Gran Bretaña, Francia, Holanda y España”.

El dólar se consolidó como moneda de referencia luego de la Segunda Guerra Mundial, a raíz del acuerdo de Bretton Woods en 1944, convirtiéndose en la divisa de reserva e intercambio por excelencia. En tal reunión se acordó que las monedas ya no se fijarían en función del oro, sino del dólar americano, que al inicio se vinculó al oro por el compromiso de convertibilidad a un precio prefijado. El vínculo se rompió en 1971, pero el dólar mantuvo su hegemonía por varias razones: la estabilidad y peso de su economía, la profundidad de su sistema financiero y las políticas transparentes y previsibles de EE.UU. Por ello es la moneda con la que más se negocia en el mundo y tiene preferencia como divisa de reserva.

En años recientes cada vez se pone más en duda la hegemonía del dólar por los excesos fiscales en EE.UU., su creciente deuda pública, políticas monetarias que fueron muy expansivas, dudas de su gobernanza política y una pérdida gradual de su peso en el comercio internacional. A pesar de ello, los inversionistas y principales bancos centrales del mundo siguen considerando al dólar como la moneda refugio y para el depósito de ahorros y reservas; aunque los banqueros centrales ya no están manteniendo reservas en dólares en la medida en que lo hacían antes. Pero es evidente que no parece existir una alternativa a dicha moneda, pese a los intentos de hallarla. Ni el euro, ni el yen, ni el renminbi/yuan tienen las características para reemplazar el dólar. ¿Iremos a un mundo multipolar?

Los países denominados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) estarían trabajando para crear una moneda de reserva basada en una canasta de sus monedas, pero eso se ve distante por las grandes diferencias entre los cinco países en términos de crecimiento, producción, y libertad y tamaño de sus economías así como de sus mercados financieros, con un claro predominio de China. Por otro lado, los intereses estratégicos de los cinco no están alineados. Lo que sí viene ocurriendo con mayor frecuencia son los convenios de intercambio comercial con pago en divisas distintas al dólar. Los viene propiciando China desde hace unos años y Rusia luego de la invasión a Ucrania y las sanciones que limitan su acceso a dólares.

Nada es eterno, por lo que tarde o temprano se sustituirá a EE.UU. como potencia comercial y al dólar como pasó antes con Gran Bretaña, Francia, Holanda y España, en ese orden. No obstante, no vemos que esto ocurra por ahora a falta de un sustituto que ofrezca la liquidez, predictibilidad y estabilidad del dólar, que en estos tiempos de volatilidad reforzó su posición como moneda de refugio. Parafraseando a Mark Twain: “La noticia de la muerte del dólar sería muy exagerada”.

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