“El Gobierno también debe promover la construcción de estaciones de GNV a nivel nacional y el financiamiento de la conversión de vehículos de transporte de carga pesada y de pasajeros a GNV”. (Foto: iStock)
“El Gobierno también debe promover la construcción de estaciones de GNV a nivel nacional y el financiamiento de la conversión de vehículos de transporte de carga pesada y de pasajeros a GNV”. (Foto: iStock)

Por Eduardo Guevara, exviceministro de Hidrocarburos

El alza de precios en los combustibles ha generado una situación compleja tanto a nivel mundial como en el Perú. Esto se ha visto reflejado en los paros de transportistas y las medidas extraordinarias tomadas por el Gobierno en un intento de controlar estos incrementos de precios, como la exoneración del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) a los combustibles. La actual coyuntura, una vez más, nos demuestra que es necesario fomentar y promover decididamente la masificación del gas natural. Para ello es necesario que exista una clara voluntad política del Gobierno.

El gas natural, incluyendo su uso en el transporte como gas natural vehicular o GNV, se presenta en nuestro país como la alternativa más clara frente a los otros combustibles, como es el caso de la gasolina, el diésel o el GLP, cuyos precios dependen de factores externos. El principal impacto del incremento de los precios de los combustibles no solo lo vemos en el transporte sino también en las casas que principalmente utilizan GLP.

Una de las ventajas del gas natural es que en el Perú contamos con importantes reservas de dicho combustible (en Camisea, Piura y Ucayali), con capacidad suficiente para atender su demanda interna. Es decir, no tenemos que importarlo, como sucede en el caso de los demás combustibles (incluyendo el petróleo, que se utiliza en las refinerías como insumo para producirlos) que sí deben serlo.

Otra ventaja es el precio. A diferencia del GLP, el diésel y la gasolina, cuyos valores están sujetos semanalmente a las variaciones internacionales, el precio del gas natural (y del GNV) en el Perú es más estable y no se encuentra afectado por la variación del precio internacional del gas natural. En efecto, en el Perú se ha establecido que el precio del gas natural extraído de los pozos solo se revise una vez al año, no teniendo la incertidumbre que tiene el GLP, la gasolina y el diésel. Adicionalmente, el costo del transporte y distribución por ductos del gas natural se encuentran regulados. En el caso del GNV, dicha estructura permite que los usuarios de Lima y Callao puedan acceder a este producto con un precio final similar, más allá del lugar en dónde se encuentre.

Sin embargo, carecemos de la infraestructura necesaria para poder llevar el gas natural a mayor cantidad de usuarios finales y lograr que más vehículos utilicen GNV. Para ello, el Ministerio de Energía y Minas (MINEM) viene impulsando con recursos del Fondo de Inclusión Social Energético (FISE) el financiamiento de conexiones domiciliarias de gas natural y en la conversión de vehículos para que puedan utilizar GNV. Las conexiones domiciliarias se han realizado principalmente en Lima, Callao e Ica y recientemente en La Libertad y Ancash. Pero también es necesario impulsarlo en otras regiones, como Piura, Lambayeque, Cajamarca, Arequipa, Moquegua y Tacna, que cuentan con redes de distribución de gas natural.

Entre los esfuerzos por masificar el uso de gas natural, un grupo de empresas (incluyendo al Consorcio Camisea) en coordinación con el Gobierno Regional del Cusco han promovido la instalación de estaciones de almacenamiento y regasificación de gas natural licuado (GNL) en esa región, lo que ha permitido establecer estaciones de servicio que puedan suministrar GNV a los vehículos que lo requieran. De igual forma, el MINEM y el Gobierno Regional del Cusco vienen evaluando otro proyecto para poder instalar redes de gas natural y llevarlo a los hogares; lo cual es fundamental porque de esta forma las familias dejarían de lado el uso del GLP.

Adicionalmente, el Gobierno también debe promover la construcción de estaciones de GNV a nivel nacional y el financiamiento de la conversión de vehículos de transporte de carga pesada y de pasajeros a GNV; esto último para que se pueda promover el uso intensivo del gas natural en el transporte terrestre, reduciendo el riesgo que implica depender de combustibles que deben ser importados y cuyos precios se ven afectados por los cambios en el mercado internacional.

No debemos desaprovechar esta coyuntura para sacar el máximo provecho de los recursos que tenemos a la mano, es el momento clave para poner en agenda algo tan beneficioso para el Perú como la masificación del gas natural en los domicilios y el GNV en el transporte terrestre. El gobierno debe verlo como una prioridad y algo que generará soluciones tanto a corto como a largo plazo.

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