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[Opinión] Camila Bozzo: El gobierno y su narrativa

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Tres semanas en el poder han sido suficientes para confirmar el afán controlista, clientelista y populista de este gobierno, además de su pasmosa improvisación. Tres semanas para confirmar que si continúan por el mismo derrotero terminarán liquidando nuestra economía y erosionando hasta lo irreversible nuestra institucionalidad democrática.
Lo que más inquieta es que ante las múltiples y legítimas críticas desde distintos sectores de la sociedad, el Gobierno no haya encontrado mejor subterfugio que responsabilizar a los “golpistas” de querer desestabilizarlos. Sin hacer un mínimo ejercicio de autocrítica, sin tomar acciones correctivas, salvo en los casos en los que se vieron forzados por la presión pública (a Béjar lo retuvieron hasta lo insostenible).
Pero además de apelar a la narrativa del golpismo desestabilizador para justificar sus yerros, están echado mano de una retórica que busca dividir a los peruanos. Pretenden instalar en la conciencia colectiva la idea de que existe solo una nación legítimamente peruana: la andina. Una nación uniforme étnica, racial y culturalmente; quienes no calzamos en ese reduccionismo perverso no somos peruanos. Y apelan a esa misma retórica para justificar a su improvisado y cuestionado gabinete, porque, claro, los critican porque son “provincianos”.
Ambas estrategias, la de catalogar cualquier crítica (venga de donde venga) como golpista y la de dividir a la sociedad, han sido utilizadas por otros populismos de izquierda de corte autoritario. Sin embargo, lo más probable es que en el Perú esta estrategia caiga en saco roto: Castillo y su gabinete están profundamente deslegitimados y las malas decisiones del gobierno se comienzan a advertir (como es el caso de la tardanza en la llegada de las vacunas) y no tardarán en acentuar aún más el malestar. Por supervivencia, Castillo debería recomponer su gabinete, apartarse de Cerrón y su camarilla y deponer su agenda radical, incluyendo sus planes de convocar a una Constituyente.
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