"La Vero aparece cuando su socio Castillo cae, pero estuvo muda frente a sus tropelías". (Foto: César Bueno / @photo.gec)
"La Vero aparece cuando su socio Castillo cae, pero estuvo muda frente a sus tropelías". (Foto: César Bueno / @photo.gec)

La retrógrada y asesina (IRA) está descontrolada, encolerizada, iracunda. Luego de la caída tras el fallido golpe de ese opaco, inoperante y mediocre personaje que los aglomera, decidieron atacar a la democracia, al país y a todo lo que detestan (prosperidad y trabajo).

Apelan, como es su costumbre y razón a la violencia a la que disfrazan de “legítima protesta” y encuentran eco en un grupo de personajes afiebrados y atolondrados: “periodistas”, faranduleros, leguleyos, sociólogos (estos son terribles, aportan poco o nada a la sociedad, pero vaya que meten bulla), y otros seres confundidos de mente medieval plagados de poses modernas.

Las lamentables muertes de peruanos, pesa sobre sus hombros.

Se apoyan en flamígeros personajes como el desatendido y poco estructurado AMLO, el traductor de pajaritos Maduro, el fusilero Petro, el grisáceo Fernández, el excocalero Evo o el ínclito ‘demócrata’ cubano de Díaz-Canel.

Todos están hermanados por un discurso de odio y esa ideología fracasada que es el socialismo. Juegan en pared con nuestra IRA y sus portentos: la Vero (aparece cuando su socio Castillo cae, pero estuvo muda frente a sus tropelías), el médico de los pobres Cerrón (vaya que ha hecho fortuna a costa de ellos), el desdeñador democrático de Bermejo y sus acólitos, el popular Puka ‘no me acuerdo’ Bellido y tantos otros que destilan su ponzoña en redes.

Lo tragicómico es que se levantan contra Dina, que admitan o no, es o era de ustedes. No le perdonan que haya tenido la sensatez de entender que del precipicio no se vuelve.

Tuvieron su oportunidad de gobernar y la usaron como era esperable: IRAcundamente mal.

VIDEO RECOMENDADO

Juan Stoessel