Estamos viendo un resultado no del todo sorpresivo. La tendencia de la última semana ha sido de un empate estadístico. En los últimos simulacros, que no se podía difundir por esta norma anacrónica de silencio electoral, se mostraba que Fujimori estaba por unas décimas encima de Castillo. Y así igual, Castillo estuvo liderando por un mismo porcentaje.

La diferencia entre los resultados de boca de urna y el conteo rápido nos confirma un empate estadístico por el margen de error. En ese sentido, el resultado final va a tener que ser el oficial que otorgará la ONPE. Tendremos que esperar hasta que se realice el conteo final y que se terminen de procesar las actas para ver si el grupo de cédulas llegan a ser suficientes para revertir el eventual resultado que la entidad electoral vaya mostrando una vez que termine el proceso.

Por otro lado, los mensajes que han dado Castillo y Fujimori de aceptar los resultados me han parecido positivos. Sin embargo, en un tuit, Castillo hizo dos acusaciones irresponsables. Ya no estamos en campaña, por lo que no puede estar en un plan de expresar que el boca de urna es engañoso porque es distinto al conteo rápido y a los resultados oficiales. No puede hacer alocuciones sin fundamento. Ya no estamos en campaña; las elecciones no se definen con arengas públicas, sino en las ánforas y en las actas.