[Opinión] Alfonso Bustamante Canny: Los postergados
[Opinión] Alfonso Bustamante Canny: Los postergados

No es casual que los pueblos menos desarrollados sean los que toman las peores decisiones al elegir quién los gobernará. Padecen del síndrome de Estocolmo. Se encariñan con sus secuestradores, y utilizo este término adrede, por que la política de izquierda consiste en secuestrar a los ciudadanos, privándolos de sus libertadas a cambio de algunas migajas. Se restringe la libertad porque el Estado totalitarista “sabe” lo que el pueblo necesita, aunque este no lo sepa.

No existe en el mundo experimento comunista exitoso, es un juego de espejos y fantasía que imagina una igualdad utópica, independientemente de los méritos o esfuerzos individuales. Claro está que esa igualdad en la pobreza no alcanza a los dirigentes de gobierno, quienes gozan de un inmerecido privilegio económico lleno de excesivos lujos. De ahí proviene el apelativo “caviar” a los comunistas, en alusión al refinado manjar ruso.

La tarea pendiente en nuestro país es rescatar a los peruanos postergados del desarrollo. Es preciso señalar que los responsables de esta terrible e insostenible situación ha sido el Estado, porque el populismo, la corrupción y la mala gestión gubernamental han postergado el desarrollo de un importante grupo de compatriotas, privándolos de las herramientas necesarias para cambiar su estatus.

Para lograr esta impostergable tarea se requiere del concurso de Estado y empresa. El Estado con un rol de promotor de la inversión, regulador la actividad privada cuando el mercado no lo permita, recaudador fiscal y responsable de invertir los recursos eficientemente, con especial atención en los peruanos postergados. El rol del privado es el de generar riqueza a través del emprendimiento empresarial, procurando empleo competitivo y justo, con gobernanza, responsabilidad social y ambiental, cumplidor de sus responsabilidades fiduciarias, entre ellas la fiscal.

La amenaza constante es el círculo vicioso en el que nos encontramos: La economía social de mercado ha dado indudables frutos, pero estos no han alcanzado a todos los peruanos por fallas en la gestión de gobierno, entonces votamos por cambiar el modelo de generación de riqueza en vez de votar por un gobierno eficiente, generando un deterioro en la capacidad productiva nacional, limitando, a su vez, los recursos para que el Estado cumpla su rol de redistribución de la riqueza.

Mientras tanto, los postergados seguirán siéndolo hasta que los carroñeros dejen de ver al Estado como un botín en vez de trabajar por el desarrollo.

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