El sábado marcharon contra del Gobierno de Pedro Castillo. (Fotos: Julio Reaño/@Photo.gec)
El sábado marcharon contra del Gobierno de Pedro Castillo. (Fotos: Julio Reaño/@Photo.gec)

¿Puede una marcha derrocar a un gobierno? Aquí, durante años, y hasta ahora hay quien insiste en esa patraña: se afirmaba que la llamada Marcha de los Cuatro Suyos había provocado la caída de Fujimori. Quienes vivimos esos años sabemos que eso es falso, que no pasa más de ser la típica propaganda romántica caviar, tal como ese invento reciente de que Inti y Bryan –dos chicos marginales y aburridos por el encierro que salieron a vivir su aventura callejera– resultaron ser dos tremendos héroes cívicos que habían emergido a defender a la Constitución. Fujimori cayó básicamente por el video que le sacó Olivera, lo que implosionó a un régimen que hasta esos días ya estaba tranquilamente afianzado en el poder. Se me dirá que Merino cayó por las marchas, pero en ese caso hubo elementos muy sui generis: 1) una ciudadanía hastiada y explosiva por el COVID-19, así como también deslumbrada por Vizcarra (la rebelión fue por la indignación de que saquen a Vizcarra, no por defender a ninguna Constitución). 2) Violencia callejera, que ahora no hay. 3) Un cargamontón mediático impresionante contra Merino (la histeria que observé en varios de mis coleguitas hasta ahora me estremece) y 4) Un trabajo estupendo de la caviarada para manipular a los jóvenes desde los medios y redes. ¡Incluso el cuento de los “desaparecidos” funcionó varios días! De todas formas, Merino es un ángel y un sabio al lado de Castillo.

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Esta última marcha ha sido más nutrida y mucho más policlasista (miente quien pueda tildarla de “pituca”), pero sí sorprende observar tan pocos jóvenes, siendo precisamente Castillo más impopular, según las encuestas, entre los menores (que se jodan si no quieren pelear por su futuro). O sea, ahora la brecha generacional se suma a las tantas brechas que atraviesan a nuestro país. Y ninguna marcha en provincias ha tenido mayor movilidad. Tal vez más sentido tendría hacer una marcha que rodee al Congreso y no se abandone el asedio hasta que vaquen a Castillo.

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Mariano Gonzalez