Fuego en Colombia y calata en Chile

El impacto del COVID-19 ha sido más duro con Latinoamérica que en el resto del planeta. No ha habido zonas en el mundo donde haya habido tantos muertos, tanta crisis económica y tanta desestabilización política a la vez por culpa de esta plaga. Ni a África la ha vapuleado así. Y ahora le ha tocado el turno a Colombia, donde al presidente Duque se le ocurre subir impuestos en plena recesión por la peste. Aparte de que es un despropósito económico, como error político es descomunal. Y como ya hemos visto en varios países y aquí (“bicentenarios”, peones agroexportadores), la gente se ha puesto especialmente violenta por la plaga y desfoga todas sus frustraciones y aburrimientos en las calles. Y lo de Chile también es de pena. Pamela Jiles, una farandulera sociaconfusa a la que le gusta salir calata, puntea allá las encuestas. ¡Ay Cretinoamérica!

Si gana Keiko, espero que no se le ocurra subir impuestos como Duque (si gana el senderoide, lo que habrá es expolio y robo de la propiedad). Aquí hay más recursos y más posibilidades de recortes en el Estado. Por ejemplo, cierras ese inútil Ministerio de Cultura y cortas las consultorías en el Estado y allí nomás te ahorras casi S/.2,000 millones que le regalas a los caviares. Además, el gobierno del monstruo de Vizcarra nos metió en tres gastos desmesurados (nueva carretera central, vía expresa Santa Rosa y dos líneas de Metro) en contratos de gobierno a gobierno que seguramente serán recortados.

-¿Ya les llegó la llorona de Wasap de “Libertad y Democracia”, que mezcla conceptos y gimotea contra Keiko? Bastante atorrante y huachafa la chica. ¡Fuiiira!

PD: Corrijo una aseveración de ayer: el mendocismo no tiene siete congresistas, sino cuatro fijos y uno en veremos. No sé para qué Castillo perdió el tiempo aliándose con la secretaria de Nadine. ¡Será para que le escriba sus cuadernos de Coquito!